Con su decidido reconocimiento real del Estado palestino Suecia ha venido a dejar claro que el tiempo de las componendas y las buenas intenciones se ha terminado. Hay que aceptar y poner en práctica ya la cacareada solución de los dos estados, lo cual pasa por obligar al Estado de Israel a cumplir unas resoluciones que los palestinos han aceptado y honran, pese a la tremenda injusticia que suponen porque dejan a los palestinos con menos de la mitad del territorio que en 1947 le había asignado la ONU en una decisión ya de por sí bochornosa, ajena a la realidad sobre el terreno, desconocedora de la historia y ciega ante sus nefatas consecuencias, hoy a la vista de todos.
Suecia ha entendido que los árabes levantinos ya no están dispuestos a creer más falsas promesas de un mundo occidental decadente, ignorante, cortoplacista y capaz de pactar con el diablo para lograr la satisfacción de sus intereses materiales inmediatos. En Siria eso se sabe desde siempre, por algo es la cuna de la civilización. Por eso la alianza de los occidentales con las dictaduras islamistas de la región no ha conseguido en cuatro años de asedio y terrorismo a gran escala mediante destruir al Estado sirio y sus instituciones. Los palestinos, después de años de esperar que los occidentales hicieran algo por ellos han entendido que poco y nada se puede esperar de esa gente. Por eso han cambiado de estrategia. Hoy la hoja de ruta no es la que marcan Tel Aviv, Washington y Bruselas. Hoy la hoja de ruta la han diseñado los propios palestinos. Xavier Abu Eid explicó en nuestra Facultad pero también en Casa Árabe los pasos que están tomando. Irán al Consejo de Seguridad de la ONU y a la Corte Penal Internacional para demandar la solución de los dos estados y para denunciar las sistemáticas violaciones a los derechos humanos por parte de Israel. Saben que EE UU –siempre a la orden de Tel Aviv- y la Unión Europea bloquearán cualquiera de esas iniciativas. En el caso de la UE porque la vergonzante Alemania está secuestrada por su inmediato pasado nazi, antisemita y genocida por lo que no hará nada que desagrade a un Israel que es miembro del Grupo Europeo en la ONU, Eurovisión y la UEFA y que tiene un acuerdo de asociación comercial con la UE. En los casos de Francia y el Reino Unido, con asientos permanentes y derecho de veto en el Consejo de Seguridad, porque sus históricas políticas antiárabes y su antigua querencia en crear estados monoconfesionales como Israel en una región árabe históricamente multiconfesional los harán nuevamente ponerse del lado del estado judío. Pero como dejó claro Xavier Abu Eid, los palestinos no esperan nada muy diferente. Por eso y pese a todo cumplirán cada paso de su hoja de ruta para que todo el mundo se retrate y asuma su responsabilidad histórica. España ha empezado a hacerlo al aprobar una resolución timorata, no vinculante y llena de peros y paños calientes con el Estado de Israel. En este asunto, como en tantos otros, España y Suecia parecen mirarse en espejos distintos.