Unicef difundió hace unas semanas un informe donde se refleja que la desigualdad entre los niños españoles pobres y ricos sigue siendo un problema social que aumenta. El documento del centro de investigación Innocenti informa de que más de uno de cada cinco niños vive bajo el umbral de la pobreza teniendo en cuenta el nivel de ingresos y que un 36% de los menores viven en riesgo de acabar en esta situación.
Desde el inicio de la crisis, en 2008, hasta ahora el número de niños que viven por debajo del umbral de la pobreza ha aumentado 2,6 millones, con lo que ha llegado a alcanzar los 76,5 millones que sufren de las necesidades básicas. Este aumento se ha registrado en 41 países de la OCDE.
La publicación el pasado mes de enero de los datos revelados por un informe de 'Save the Children' estremecía a todos los españoles. La ONG exponía una ecuación de pobreza infantil de la que se desprende que uno de cada tres niños en España vive en riesgo de exclusión social. Esta alarmante estadística aleja la garantía de los derechos esenciales infantiles en nuestro país, en el que la brecha entre ricos y pobres se abre cada vez más.
Ah, la Navidad. Esa época mágica y maravillosa del calendario en la que la ilusión y la alegría invaden los salones de cada casa, las almas de cada niño, los ánimos de cada anciano. A estas alturas de la película sobra decir que esto hace tiempo que dejó de ser así para muchos, y que de hecho, hubo gente para quien nunca lo fue.