Los magistrados a cargo del caso consideran que no existen suficientes pruebas que demuestren que el escopetero y el subinspector fueran el autor y el responsable de dar la orden, respectivamente, aquella noche. Así como tampoco se ha podido confirmar si el proyectil fue una pelota de goma o una bala de foam.
Según ha informado Europa Press, Quintana ha lamentado, poco después de haber sido informada de la sentencia, que los Mossos no hayan colaborado en la investigación. “No sabemos si porque no quieren o porque no pueden” explicó la víctima y continuó denunciado que había falta de investigación.
El caso de Ester Quintana se remonta a la huelga general del 14 de noviembre de 2012. Ese día la víctima se encontraba acompañada de su pareja y amigos en la confluencia del paseo de Gràcia con plaza Catalunya, donde sobre las 21:30h fue alcanzada en el ojo izquierdo por un proyectil.
Los Mossos ofrecieron entonces cinco versiones diferentes sobre lo sucedido a Quintana hasta que con la llegada de Jordi Jane a Interior admitieron que las lesiones habían sido causadas por uno de los proyectiles. Sin embargo, no se puede demostrar quién fue el autor del disparo o qué impactó en la cara de Quintana.
El caso de Quintana, que fue indemnizada con 261.000 euros, trajo como consecuencia la decisión del Parlament de Catalunya de vetar a la policía catalana el uso de los proyectiles de goma, prohibidas desde mediados de 2014.
La sentencia absolutoria coincide con las protestas que está viviendo esta semana el barrio de Gràcia tras el desalojo del centro social okupa del Banc Expropiat. Fuentes del cuerpo policial, consultadas por el diario El Mundo, creen que la sentencia puede alentar disturbios violentos por parte de los protestantes.