El juicio del caso Nóos enfila su recta final después de que el pasado jueves finalizara la prueba testifical, y la situación en la que se encuentran Iñaki Urdangarin y Diego Torres no es precisamente agradable. Los dos inculpados parecen no haberse salido con la suya, pues todas las declaraciones realizadas, tanto por acusados como por testigos, no han respaldado sus argumentos sino los del fiscal Anticorrupción, Pedro Horrach.
El marido de la infanta Cristina se enfrenta a una petición de condena que previsiblemente ronde los 20 años de prisión. Las infracciones cometidas por este son la malversación de fondos públicos, el fraude a la Administración, el blanqueo de capitales y la falsedad en documentos públicos, entre otros. Su socio, Diego Torres, debe pelear por combatir una pena de 16 años de cárcel. A diferencia de su jefe, este únicamente ha cometido un delito fiscal: la malversación de fondos públicos.
Tanto Urdangarin como Torres se encuentran ante la posibilidad de rebajar sus penas a 6 y 5 años respectivamente. Para ello deberían entregar los 8,5 millones de euros malversados como miembros del Instituto Nóos. De momento, ninguno de ellos ha devuelto ni siquiera parte de lo defraudado, pero la primera fase del juicio oral deja entrever que ambos tienen intenciones de hacerlo.
Horrach ha transmitido a los abogados que él, por su parte, estaría dispuesto a alcanzar un acuerdo, siempre y cuando el antiguo duque de Palma aceptase una condena de al menos 6 años de prisión y desembolsase 6 millones de euros. Así estaría reconociendo los principales delitos de los que se le acusan y, además, devolvería a las arcas públicas el importe íntegro de los foros que fueron adjudicados desde los gobiernos de Valencia y Baleares al Instituto Nóos.
No es de la primera vez que se plantea la posibilidad de un acuerdo, pero todavía nada está decidido. Los abogados de Urdangarin y Torres han de sentarse a dialogar con la Fiscalía antes de saberse el veredicto final.