Los animales y sus derechos es uno de los temas más abordados actualmente en España. Que las especies estén o no en cautiverio se ha convertido en un debate que no pasa inadvertido, y asociaciones como AnimaNaturalis siguen luchando por preservar su libertad. Sin embargo, otros centros como Fauna Salvaje no consideran que cautiverio y castigo sean términos que vayan de la mano.
Lo que antes era una divertida visita a los zoológicos para disfrutar de la naturaleza, ahora se percibe desde un ángulo muy diferente. Hasta hace bien poco, la sociedad no entendía como algo negativo el acudir a un zoológico, sino que lo veía como una oportunidad de estar en contacto con especies alejadas de su vida cotidiana. Por el contrario, asociaciones como AnimaNaturalis entienden estas experiencias desde el punto de vista de los animales y no de las personas.
Para los integrantes de esta asociación, los zoológicos son más bien colecciones de animales interesantes que no se correspondería con la idea de refugios y hogares los zoológicos como 'Faunia' quieren vender. Es el caso de Aída Gascón, directora de AnimaNaturalis, que rechaza rotundamente el cautiverio animal como forma de negocio con ánimo de lucro. ''Estamos en un momento histórico en el que está más que demostrado que los animales sienten y sufren, y que el cautiverio les causa sufrimiento en la mayoría de los casos'', defiende Aída.
Hay múltiples tipos de zoológicos con otros propósitos, como los educativos o los de conservación, pero para Aída Gascón la mayor parte de ellos no se desmarcan de los fines recaudatorios. Bajo su punto de vista, son centros que reúnen a especies vistosas y exóticas, ofreciendo en numerosas ocasiones la posibilidad de pagar una cuantía superior y disfrutar de espectáculos con delfines, orcas, belugas o leones marinos. ''Los zoológicos priorizan que el zoo sea un lugar divertido y entretenido, más que educativo''.
Por el contrario, existen centros como Fauna Salvaje que defienden la existencia de los zoos. Tal y como ha declarado Isaac Navarro, biólogo y director del recinto, los zoológicos han cambiado mucho en los últimos años y cada vez se encaminan más al conservacionismo animal. ''Diría que sí al cautiverio animal si los ejemplares no pueden vivir en libertad debido a un daño o problema'', asegura.
Al mismo tiempo reconoce que cualquier animal que esté en cautividad no va a disponer del espacio que tiene en la naturaleza, pero por eso mismo en los zoos siempre se trata, en su opinión, de velar por el bienestar de las especies. ''Por ello se pasan periódicamente inspecciones y si se detecta algún error, se genera un informe para mejorar y hacer desaparecer esas deficiencias'', recalca Isaac.
Alternativas al cautiverio para conocer a los animales
Hoy en día son más los centros que se suman a iniciativas distintas para dar a conocer las especies sin necesidad de tenerlas encerradas. Por ejemplo, se están añadiendo pantallas digitales de buena calidad audiovisual donde se muestran los diversos comportamientos que desarrollan los animales de forma natural. De esta forma, se fomenta el conocimiento sobre la naturaleza sin perjudicar a los animales.
Asimismo, otra forma sería trasladarse hasta sus hábitats, de manera que no sean ellos los que viajan de un lado a otro en beneficio de las personas. Cada vez son más las opciones que se barajan, como por ejemplo las interacciones con delfines que están en libertad. De esta forma se continuaría haciendo negocio de estos animales marinos, pero su hábitat seguiría siendo el natural.
Cuáles son las especies más afectadas por el cautiverio
Los animales que padecen más alteraciones al permanecer en un recinto limitado son los más inteligentes, ya que precisamente por sus dotes son los que requieren mayor espacio. Tal y como informa Aída Gascón, en una vida en cautiverio no pueden encontrar las condiciones necesarias para desarrollar sus comportamientos naturales.
A partir de esta realidad, las especies comienzan a desarrollar los problemas de estereotipias, como por ejemplo realizar movimientos repetitivos de manera rápida o arrancarse las plumas en el caso de las aves. ''Los cetáceos, felinos, primates y elefantes podrían ser los más perjudicados de la vida en cautiverio'', confirma Aída Gascón.
Zoológicos donde prevalece la conservación de la especie
Para Isaac no todos los zoológicos abogan antes por el entretenimiento que por la conservación. Un ejemplo de lo que opina es Fauna Salvaje, un centro en el que la gran mayoría de los animales proceden de centros de rescate: ''Lo que hacemos es albergarlos para que los visitantes conozcan las especies que tenemos en nuestros bosques y así puedan conservarlos''. En su caso, los animales de Fauna Salvaje son irrecuperables, es decir, que en libertad no pueden vivir por sí solos, de manera que allí se destinan a la educación ambiental.
Sin embargo, Isaac Navarro reconoce haber presenciado en alguna ocasión conductas repetitivas en sus especies con motivo de estrés: ''Para evitarlo siempre tratamos de colocar pantallas, proporcionarles refugios, enriquecimiento ambiental para que se distraigan, pero muchas veces nos llegan ejemplares adultos y ya ese comportamiento es difícil de cambiar''. De la misma forma opina que no considera que los animales salgan perjudicados de su centro, puesto que son ejemplares dañados, amputados o abandonados.
El cuidador reconoce que animales como el lobo ibérico, disponible en su centro, no dispone de las condiciones naturales necesarias para su desarrollo. Por ejemplo, al estar encerrado no desarrolla instintos tan básicos como el de cazar o vivir en manadas, pero Isaac defiende que los ejemplares de los que disponen en Fauna Salvaje provienen de un recinto donde los tenían en condiciones pésimas por lo que su situación, pese a estar en cautiverio, ha mejorado.
Este debate es una realidad tangible que se muestra cada día tanto en las calles como en las redes sociales. Progresivamente son más las plataformas que luchan por el exterminio de los zoológicos, mientras que por otro lado otros centros defienden su cometido y la labor que realizan por las especies y por el conocimiento humano de la naturaleza que les rodea.