Según la Ley Orgánica 7/1980, todas las religiones son vistas de la misma manera y ninguna tiene privilegios sobre otra. Es decir, dicha ley defiende la libertad de culto y la autonomía de la fe de cada uno de los ciudadanos. Además, será el Estado la entidad principal que deberá garantizar el cumplimiento de estos derechos fundamentales.
La Constitución Española refleja parte de lo dicho en su artículo 16.1., diciendo que “se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley”.
Calendario y festividades católicas
El calendario y cada uno de los días del mismo tienen un carácter católico, influidos por el histórico santoral. La mayoría de nombres de los ciudadanos tienen un santo en un determinado día del año y algunas festividades nacionales tampoco se libran de este rasgo dogmático. El día de San José el 19 de marzo, el Corpus Christi el 4 de junio o la Inmaculada Concepción en diciembre, son algunos ejemplos de días festivos católicos en el país.
Las festividades más prolongadas e importantes a nivel nacional potencian más esta característica. La Navidad, por ejemplo, es una de las celebraciones católicas con mayor significado religioso. De igual forma, en la Semana Santa se encuentran los días más importantes para todo creyente católico, conmemorando la muerte y resurrección de Cristo.
Claudino Blanco Pisabarro, profesor de Religión en el instituto IES La Cañada, considera que esto “no es casualidad ni algo anecdótico; se explica sencillamente por motivos históricos y culturales. Si España fuera Uttar Pradesh celebraríamos a Lakshmi en Divali. El Cristianismo está presente en la península Ibérica antes, muchísimo antes de que existiera España”, señala el educador.
Privilegio de financiación a la Iglesia
Las iglesias católicas cuentan con un privilegio que otros lugares de culto como mezquitas o sinagogas no tienen: el Fondo Común Interdiocesano. Se trata de un fondo solidario común en el que se reparte dinero a todos los centros católicos a través de la casilla de la Declaración de la Renta. Es decir, un ciudadano español puede elegir ceder una pequeña parte de su dinero de la Declaración de la Renta a la Iglesia, pero no puede aportárselo a otras religiones mediante el mismo método.
Margarita Herrero, jubilada y católica desde su nacimiento, explica que ella marca “la casilla de la Iglesia en la Declaración de la Renta” y opina que “si otras religiones no tienen casilla en esta declaración es porque no son tan importantes e históricas”.
Según el Programa para el Sostenimiento Económico de la Iglesia, la Asignación Tributaria supone el 25% de la financiación básica de estos lugares de culto católicos españoles. Sin embargo, en los casos de iglesias más pequeñas, esta aportación podría traducirse en un 75%.
Para contrarrestar esta desigualdad, el Estado facilita recursos económicos a otras religiones, además de financiarles algunos proyectos. El órgano que ejecuta dicho apoyo es la Fundación Pluralismo y Convivencia, un ente público que depende del Ministerio de Justicia. No obstante, el dinero cedido ha descendido drásticamente, hasta el punto de llegar a una bajada del 60% de las prestaciones entre los años 2011 y 2014.
Sin embargo, desde comunidades como la islámica denuncian el trato desigual ejecutado por parte del Estado hacia las religiones distintas al catolicismo. Es el caso de Mounir Benjelloun, presidente de la Comisión Islámica de España y de la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas (FEERI), que afirma haber solicitado “desde hace muchos años tener casilla propia en el IRPF”, pero no han recibido ninguna contestación por parte de Hacienda.
Relaciones entre la política y el catolicismo
El catolicismo se puede observar en actos políticos y públicos tradicionales. Se trata de elementos religiosos que, en muchas ocasiones, no son detectados por los ciudadanos, ya que se han convertido en rituales normalizados o se han introducido de forma implícita.
Un ejemplo de esta fusión entre política y catolicismo se refleja en la ofrenda, producida en 2015, por parte del Presidente de la Xunta de Galicia en nombre de Felipe VI; en el acto en el que el alcalde de Cádiz, José María Gónzalez Santos o ‘Kichi’, recibe el nombramiento de Hermano de la Cofradía del Nazareno; o en el juramento de la Constitución Española llevado a cabo por el nuevo Ministro de Justicia, Iñigo Méndez de Vigo, ante un crucifijo y una Biblia.
Para Claudino Blanco, es sorprendente “la presencia de autoridades públicas en actos estrictamente religiosos; lo mismo que la presencia de autoridades religiosas en actos públicos”. Sin embargo, añade que “otra cosa es que la presencia pública de lo religioso sea cuestionada por algunos como un crimen de la humanidad”.
El laicismo absoluto es muy difícil de conseguir en cualquier país, ya que la historia religiosa de los mismos marca cuál es el dogma más amparado por los distintos estados. A pesar de ello, el Gobierno español sigue comprometiéndose a alcanzar la diversidad cultural y la pluralidad religiosa, puesto que así lo reflejan las leyes y la Constitución.