La EPA del tercer trimestre del año refleja que el número de personas en paro cayó en 298.200 desempleados, bajando así de los cinco millones, para situarse en los 4.850.800. De esta forma, la tasa de paro pasa a situarse en el 21,18%, 1,2 puntos menos que en el trimestre anterior.
Respecto al empleo, el número de personas ocupadas aumentó en 182.200 empleados. En contraste, al comparar los datos de paro y ocupación, se observa cómo el número de personas que encuentra trabajo es inferior al número de personas que deja de estar en paro. Esta disparidad encuentra su explicación en que la población activa ha disminuido en 116.000 personas, debido a fenómenos como el desánimo, la emigración o el retorno de inmigrantes a sus países de origen.
Precariedad laboral
La encuesta evidencia un crecimiento del empleo en el penúltimo trimestre del año, pero también saca a relucir la calidad de este empleo. El número de trabajadores con contrato indefinido desciende en 18.900, mientras que el contrato temporal aumenta en 205.500 empleados. Este es un claro reflejo de la precariedad de los contratos realizados durante el período estival, que al finalizar el verano terminan por destruirse. Además, los trabajadores por cuenta propia descienden en 4.800 este trimestre.
La precariedad del empleo tiene nombre y apellidos. Un ejemplo es Elena, de 21 años, estudiante de Periodismo en Madrid, que ha estado trabajando como camarera en un bar de tapas durante el verano. La estudiante explica que “cobraba cuatro euros la hora y echaba cuatro o cinco horas cada noche, aunque un día trabajé quince horas seguidas”. Elena manifiesta que trabajaba de lunes a domingo, sin días de descanso. “Tan solo me dieron libre un día porque me dio una reacción alérgica en la garganta y casi me ahogo. Tuve que salir del trabajo para ir corriendo al hospital”. La estudiante explica que no ha tenido días de descanso y que tampoco los ha querido. “A cuatro euros la hora, cuantas más horas trabajara, mejor. No me interesaba descansar. Necesitaba el dinero”.
A pesar de la precaria calidad de su empleo, Elena argumenta que “cuando terminaba de trabajar y tenía 16 o 20 euros, con la mano quemada hasta el codo, con dolor de espalda, cansancio, quizás podría no merecer la pena, pero 16 euros es mejor que nada”. “Mi objetivo era ahorrar el mayor dinero posible antes de comenzar el curso. Cada día que pasaba era un día menos”, concluye.
Balance de la legislatura
Los datos de empleo parecen favorecer la gestión económica y laboral de Mariano Rajoy durante sus cuatro años de legislatura. Al llegar al poder, el presidente del Gobierno se encontró con 5.287.000 desempleados. En septiembre de este año la cifra se ha reducido hasta los 4.850.800. Es decir, 436.000 parados menos. Pero no todos los datos son tan halagüeños. Al comienzo de la legislatura, 18.153.000 personas tenían empleo, mientras que en septiembre de este año este número se ha reducido hasta los 18.048.000. Lo que se traduce en 105.000 empleados menos.
Ante estos datos, Carmen Álvarez-Arenas, portavoz de Trabajo del Grupo Parlamentario Popular, argumenta que “todas las reformas llevadas a cabo por el Ejecutivo han tenido un objetivo central: favorecer el crecimiento económico y la creación de empleo como única garantía de mantenimiento y mejora de las políticas sociales”. La política del PP manifiesta que las críticas de la oposición han cambiado. “Ya no se discute que se está creando empleo, que va aumentando la confianza, el consumo y que nuestra economía es más productiva y competitiva. Ahora de lo que se habla es de la calidad del empleo”, declara.
Durante estos cuatro años se han destruido 438.900 trabajos indefinidos y el ingreso más común entre los españoles se sitúa entre los 600 y 900 euros mensuales. Además, el 41% de los contribuyentes presentó bases imponibles no superiores a los 12.000 euros anuales. De esta forma, el balance de estos cuatro años de Gobierno se dibuja con menos paro, menos empleo y mayor precariedad.
Álvarez-Arenas defiende la actuación de su partido y manifiesta que “el empleo indefinido supone el 75% del total de los ocupados cuando en 2011 era del 74%, con un gobierno socialista”. La popular añade que “de los contratos eventuales que, consecuentemente, suponen el 25% del total de ocupados, los de menos de 3 meses son el 3% y los inferiores a un mes el 1%”.
Para concluir, Álvarez-Arenas argumenta que los datos de empleo “suponen que en estos cuatro años se ha cambiado el rumbo de la nave y que España navega en un mar de confianza por el buen camino para continuar por la senda del crecimiento y el empleo”. El tiempo dirá si con este mensaje el Partido Popular es capaz de ganarse al electorado descontento en las próximas elecciones generales.