Las doulas son acompañantes emocionales de una mujer durante su maternidad. Permanecen junto a aquellas futuras madres que lo solicitan durante cualquiera de las etapas de su embarazo. Según Beatriz Fernández, presidenta de la Asociación Española de Doulas (AED), aportan “un espacio de escucha activa y objetiva que les facilita el espacio de desarrollo libre que ellas buscan o sienten que necesitan”. Según la misma asociación, las doulas transmiten tranquilidad y confianza, simplemente estando presentes. Acompañan a mujeres que dan a luz en hospitales y en domicilios, en este caso con la asistencia de profesionales sanitarios autorizados. La AED matiza que aportan información solo cuando se les demanda y que son un complemento, pero no sustituyen a los profesionales sanitarios. La asociación aclara, además, que no pertenecen a ninguna rama sanitaria, por lo que no pueden ejercer ninguna función clínica ni tomar ninguna decisión médica.
Beatriz Fernández apunta que hay estudios desde los años ochenta que muestran las ventajas del servicio de las doulas. “El apoyo continuado, por ejemplo durante la labor del parto, tiene múltiples beneficios, desde la posible reducción del mismo, menor rango de medicalización o instrumentalización”, argumenta la presidenta de la AED. Y añade que proporciona una experiencia más satisfactoria, con porcentajes más altos de éxito de lactancia maternal y durante períodos más prolongados.
Para ejercer como doula no existe una formación exigida legalmente, dado que es una profesión no homologada. Sin embargo, según la Asociación Española de Doulas, existe un aprendizaje en España que dura entre seis meses y un año. “Es una formación que no termina nunca, ya que las doulas incluimos en los códigos deontológicos que debemos estar actualizándonos permanentemente”, declara Beatriz Fernández. La presidenta de la asociación añade, además, que hay formaciones más y menos completas: unas abarcan embarazo, parto y posparto; y otras, todas las etapas maternales.
Acusadas de poner en riesgo la vida de la madre y del bebé
Ante esta situación y el desconcierto legal, el Consejo General de Enfermería publicó el pasado mes de febrero un informe en el que denuncia las consecuencias derivadas de la asistencia a mujeres embarazadas y a bebés. La organización asegura que son personas sin ninguna cualificación y formación sanitaria, cuyas recomendaciones e intervención son un atentado contra la salud pública. Según Gloria Boal, vocal de la Comisión Nacional de Matronas del Ministerio de Sanidad en representación del Consejo General de Enfermería, la actuación de las doulas pone en riesgo la vida de la madre y del bebé. “La salud de la madre y del niño, en el momento del parto, es muy vulnerable. Se necesita un personal muy especializado para detectar cualquier problema que haya que resolver inmediatamente”, asegura la matrona. Gloria Boal apunta que esa especialización es fundamental y las doulas no la tienen.
Desde la Asociación Española de Doulas se defienden argumentando que no son personal sanitario y, por lo tanto, no afectan a la salud de la madre, ya que no ejercen ninguna labor sanitaria. “Las doulas no intervenimos, no tomamos decisiones, no aconsejamos. Escuchamos y ofrecemos ese espacio libre”, apunta Beatriz Fernández. La presidenta de la asociación asegura que es imposible que se esté generando ningún tipo de perjuicio en la maternidad o al bebé. “Ni asistimos partos, ni tampoco recetamos”, añade.
Prácticas que les relacionan
En ese mismo informe del Consejo General de Enfermería, la organización acusa a las doulas de favorecer prácticas como la placentofagia (ingestión de la placenta), el nacimiento lotus (no cortar el cordón umbilical) o la quema de dicho cordón. Gloria Boal argumenta que las doulas “dicen que la mujer debe comerse la placenta porque las hembras de los animales se las comen”. La matrona asegura tener constatación de que en Internet hay doulas que proponen este tipo de prácticas; y añade que el peligro reside en que una embarazada accede con mucha frecuencia a páginas web porque está preocupada y tiene una vulnerabilidad psicológica importante debido a su situación de embarazo.
En Internet aparecen anuncios donde se publicitan mujeres que ejercen como doulas. Una de las publicaciones en ‘milanuncios.com’ dice: “Busco embarazada (en Barcelona ciudad) que desee ser acompañada en su posparto con amor y respeto. Soy madre, licenciada en Psicología y actualmente formándome como doula”. El anuncio añade: “Mi propuesta, si así lo deseas, es la de un acompañamiento emocional y logístico una vez haya llegado tu bebé”. Otro de los anuncios dice: “Si buscas acompañamiento durante tu embarazo o postparto, ayuda con la lactancia o cuidado de tus hijos, puedo ayudarte”. La persona autora de este anuncio asegura tener formación como asesora de lactancia y técnico en cuidados auxiliares de enfermería.
La Asociación Española de Doulas se desmarca de los hábitos mencionados, asegurando que las decisiones de una mujer, desde su prisma de actuación, son de esa mujer. “Si se produjera el hecho de que una doula aconsejara hacer un nacimiento lotus, por ejemplo, estaría incurriendo en una mala praxis”, apunta Beatriz Fernández. La presidenta de la asociación asegura no tener constancia de ese tipo de comportamientos en mujeres en la actuación de su labor como doulas. Para evitar este tipo de ejercicios, la AED ha creado un comité de buenas prácticas.
Ante la defensa que ejercen desde la Asociación Española de Doulas, Gloria Boal apunta que mienten porque saben perfectamente que no están dentro de la ley: “saben que no pueden hacer lo que hacen. Cualquier persona que haya matado a otra va a ocultarlo y miente”. La vocal de la Comisión Nacional de Matronas del Ministerio de Sanidad denuncia que las doulas hacen preparación emocional al parto y lo aceptan. “Cuando les dices que tampoco pueden, entonces aseguran que solo les llevan un vaso de agua, por lo que cobran 3.000 euros”, denuncia la matrona. “Es de sentido común que mienten descaradamente. Se creen que somos tontos”, apunta Gloria Boal. “Es descarado, ruin, mezquino, interesado, engaño manifiesto”, añade.
La matrona denuncia también que hay doulas con una connotación sectaria, ya que, según asegura, les dicen a las mujeres embarazadas que no tienen que ir a los hospitales porque allí las violan; y que sus maridos les perjudican en el parto. “La vulnerabilidad de la madre es muy grande. Les da igual todo. Una carrera de seis años de un médico más cuatro de especialidad. Ellas se lo pasan por ahí. No tienen vergüenza”, opina Gloria Boal.
Beatriz Fernández lamenta que el consejo no les haya consultado para la elaboración del informe. “Con la AED no se han puesto en contacto en ningún momento, ni con otras asociaciones autonómicas o a nivel estatal”, apunta la presidenta de la asociación. Expone que lo razonable habría sido acudir a la fuente (las doulas) y no cargar contra todo un colectivo.
Regulación de las doulas en España
La matrona Gloria Boal asegura que las prácticas de las doulas no tienen cabida legal, aunque cree que no es necesaria una prohibición expresa: “no se puede regular lo que no puede hacer una persona, entonces la ley no tendría límite”. Beatriz Fernández, por su parte, apunta en defensa del colectivo que las doulas no están reguladas, prácticamente, en ningún país del mundo. La presidenta de la AED añade que están normalizadas y aceptadas, pero no reguladas legalmente, como muchas otras profesiones, asegura.
Beatriz Fernández apunta que, actualmente, en España, la cifra de doulas en activo con frecuencia puede rondar las trescientas mujeres. “Se ha generado una alarma social enorme sobre un porcentaje muy pequeño de la población”, declara. La presidenta de la asociación cree que es imposible pensar en una regulación inmediata: “es una regulación que irá viniendo, pero poco a poco. Es un camino que desde la asociación estamos trabajando cada día”.
El Ministerio de Sanidad no ha querido participar en la elaboración de este reportaje. Su gabinete de prensa ha contestado a la llamada de este periódico aclarando que el ejercicio de las doulas es una práctica sin regularización en España y, como consecuencia, no tienen ninguna valoración que hacer.
La discordia entre doulas y matronas se enzarza con argumentos a favor y en contra de estas prácticas. Mientras tanto, el Ministerio de Sanidad permanece parado ante esta nueva guerra que no asume como propia. Los enfrentamientos continuarán hasta que alguno de los bandos asuma la derrota o el árbitro pite falta.