El 54% de la víctimas de acoso escolar llegan a sufrir estrés postraumático, que es el cuadro más frecuente y el peor identificado. Viene provocado principalmente por el acoso psicológico, el más dañino; pero a su vez el más difícil de demostrar ante un proceso judicial, según afirma Mª José Fernández Pérez, presidenta de la Asociación Madrileña contra el Acoso Escolar (AMACAE) en declaraciones a Infoactualidad. Los síntomas del estrés postraumático son: alteraciones cognitivas (dificultad de concentración, negación y disociación como mecanismos de defensa, recurrencia de vivencias, terror…), alteraciones del comportamiento (evitar lugares asociados al hecho,..), sintomatología psicosomática (pesadillas, crisis de ansiedad) o malestar (nauseas, cefaleas, alteraciones gástricas...). Fernández-Pérez reitera que estas consecuencias no remiten con el transcurso del tiempo, ya que se pueden arrastrar hasta la edad adulta, afectando al desarrollo social, laboral, intelectual y emocional de quien lo sufre.
El acoso escolar no viene siendo él único tipo de acoso imperante actualmente entre niños y adolescentes: con la irrupción de las redes sociales, se han incrementado los casos debido al mal uso de las mismas. “Hemos observado que cuando hay un caso de acoso escolar, casi inmediatamente salta a través de internet, donde se proliferan insultos y amenazas; lo que llamamos ciberbullying” -señala Fernández-Pérez.
No son “cosas de niños”
La actuación que realizan los centros educativos ante el acoso escolar es algo de lo que se quejan desde la Asociación, ya que consideran que las campañas de prevención que vienen haciendo la Policía Nacional, la Policía Municipal y la Guardia Civil son siempre iguales. Además, creen que los centros escolares no se implican lo suficiente: “hay una especie de síndrome de negación ante el acoso escolar; a pesar de que algunos centros han empezado a concienciarse de que el acoso no es una cosa de niños” -asegura la presidenta de AMACAE. Por todo ello, son necesarias medidas urgentes para acabar y prevenir el acoso. Por ejemplo, desde AMACE proponen que, por un lado, se elaboren nuevos estudios a nivel nacional sobre este tipo de acoso, y, por el otro, que se den soluciones reales ante este problema; estableciendo protocolos de actuación para los centros escolares y charlas de prevención tanto para alumnos como para sus propios padres, ya que lo cierto es que, en muchas ocasiones, no saben cómo actuar ante el acoso, al igual que los docentes.
Ana Gómez, de 21 años y futura integradora social, vivió en en su propia piel el acoso desde la niñez, el cual se extendería hasta gran parte de su adolescencia. Ir a clase se convertía en un martirio diario para ella: “llegué a no querer ir a clase porque el muro que me construía cada día siempre lo destruían entre todos” -asegura Gómez. El acoso prolongado que sufrió en las aulas lo vivió en el más absoluto silencio. No pidió ningún tipo de ayuda; ni al profesorado ni a sus propios padres, ya que pensaba que si lo hacía las represalias por parte de sus compañeros acabarían siendo peores. “Ellos hicieron que yo misma me creyese todos los insultos que me decían. De alguna manera, me autoculpaba por ello” -señala la joven madrileña. Gómez considera, al igual que desde AMACAE, que las pautas de actuación desde los centros escolares ante el acoso son insuficientes, siendo necesario y primordial el trabajo con los acosadores, más que con las propias víctimas.
Fuera del ámbito educativo, la empresa vasca Nesplora ha puesto en marcha medidas contra el acoso escolar con el desarrollo del programa Monité, primer programa integral en español para la prevención de conductas relacionadas con el acoso escolar o bullying. El programa consiste en la elaboración de un sistema educativo diseñado para la prevención y ayuda a niños y niñas, de 6 a 11 años, que sufran este tipo de maltrato en los centros. El conjunto está destinado a enseñar y educar basándose en los valores esenciales de respeto, empatía, asertividad y resolución de conflictos mediante tres ejes: un videojuego, al que se puede acceder a través de Internet; manuales para padres, que, por primera vez, contarán con materiales específicos para trabajar con sus hijos, educadores y terapeutas y material complementario como vídeos y cuentos.