En épocas de bonanza económica, muchos desempleados mentían en su currículum añadiendo cosas que no habían hecho. De esta forma se podía conseguir un trabajo con una buena remuneración. Este hábito de mentir hoy en día se mantiene, pero en un sentido totalmente diferente. Muchos jóvenes eliminan datos sobre sus estudios para así conseguir un trabajo. La razón por la que se realiza esta acción es “que si el empresario te ve con más capacitación pensará que el empleo no te interesa mucho y acabarás yéndote a otro más acorde a tus estudios”. Así lo recoge el blog lacomunidad.elpais.com en su entrada “quitar estudios del currículum para acceder a un empleo”.
Esto hace que los jóvenes accedan a empleos que nada tienen que ver con el que habían soñado desde que decidieron acceder a una carrera o a un módulo de FP. Y además la mayoría de las veces este trabajo no satisface al contratado. Pero la única premisa que está presente hoy en día es que da igual si tu trabajo te satisface o no, lo importante es que cobres un salario a final de mes.
Otros muchos ante esta situación lo que han decidido es emigrar de España, es decir, han buscado un trabajo desde aquí o se han ido a la aventura. Este es el caso de Diego Valiño Seva (@puxapali). Este joven asturiano estudió Periodismo en la Facultad de Ciencias de la Información de la UCM. Una vez acabada la carrera trabajó como community manager de la Moncloa, califica esta experiencia como “la mejor de su vida. Mi madre me dice muchas veces que haber empezado tan alto puede que me dé la sensación de que las próximas ofertas laborales no sean tan atractivas”.
Pero con el cambio de Gobierno se quedó sin trabajo y esto hizo que tomase la decisión de buscar empleo en el extranjero. “Mi preferencia era encontrar trabajo en un país de lengua inglesa”, dice; pero al final el destino hizo que acabase en Múnich. Un día decidió poner en la red social Twitter las palabras “incorporación inmediata” y de esta forma contactó con una mujer que buscaba urgentemente camareros de piso para un hotel de Munich.
A primera vista puede parecer un tanto arriesgado cambiarse de país y más a una ciudad en la que casi nadie habla tu mismo idioma. Diego había estudiado alemán “en el instituto durante cuatro años, pero el problema es que desde los 18 años no lo había vuelto a tocar”. Pero poco a poco y gracias a su estancia en Munich “puedo decir que me defiendo. Aunque no lo hablo bien y me queda mucho por aprender”, comenta.
Aún no sabe cuándo volverá a su país, lo que tiene claro es “que todo 2013 me quedo aquí porque creo que mejor que en España estaré”.
Otro caso similar al de Diego, es el de Cristina. Ella todavía no se ha ido de España, pero está en trámites de conseguir trabajo de enfermera, que es la carrera que ella está estudiando, en un hospital en el Reino Unido.
Para poder hacer las diversas entrevistas de trabajo no ha tenido que viajar hasta Inglaterra, sino que cada vez que se tenía que reunir con los que podrían ser sus jefes lo ha hecho a través de Skype. Aunque señala que “ahora ya no se hacen tantas contrataciones desde el extranjero como antes. Ahora prefieren que ya vivas allí antes de entrevistarte”. De esta forma las empresas contratadoras se aseguran de que no van a tener ningún problema de desplazamiento, ni de papeles.
Al igual que Diego no sabe cuándo podrá volver a España. Reconoce que mucho tienen que cambiar las cosas para que deje la tierra del Rey Arturo y vuelva a su país de origen.
Mucha gente está meditando si emigrar hacia otro país es la solución. Muchos expertos recomiendan que las personas que se decidan a dar este paso, que no lo hagan a la aventura. Si toman la decisión de cambiarse de país, primero que busquen desde su país de origen una oferta de empleo y cuando se vayan tengan segura su contratación. Si no siguen estos pasos lo que pueden encontrarse puede ser totalmente opuesto a lo que esperaban.