Entre la población han tenido especial transcendencia las palabras del ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro. Tras la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para 2014, Montoro afirmaba que el próximo año será el de la recuperación económica, además de asegurar que la gente empieza a notar ya la mejoría en la calle. Según los datos oficiales, la economía ha crecido una décima y el paro ha bajado en 72.800 personas en el último trimestre, gracias al factor estacional. En este sentido, las declaraciones y el optimismo del Ejecutivo popular son técnicamente correctos. Aún así, es evidente que esto desentona con el ambiente y la situación actual de la mayoría de los españoles. Para comprobarlo, hemos salido a la calle para conocer la opinión de la gente y en la mayoría de casos las respuestas coinciden en que no perciben en absoluto este “crecimiento” del que presume el PP.
Un claro ejemplo lo vemos en las palabras de Celia Manrique, una profesora de 57 años, de Madrid: “Tengo la suerte de tener trabajo, pero mi marido y mi hijo están en el paro, y solo con mi sueldo no llegamos a fin de mes. Por desgracia son bastantes las familias que conozco que están en una situación parecida a la mía”. Por cosas como esta es por lo que Alberto Hontañón, de Santander, califica de “insultantes” las declaraciones que hizo Botín hace unos días donde afirmaba que “vivimos un fantástico momento para la economía”, las cuales fueron respaldadas por el ministro de economía Luís de Guindos.
Así vemos como el Gobierno habla de una “recuperación” que la gente de la calle no parece notar en sus economías particulares. Ante esta diferencia de opiniones, el catedrático de Economía Aplicada y fundador de Economistas sin Fronteras, Juan A. Gimeno, señala que “aunque es cierto que hemos crecido, una décima no vale para que la población pueda notarlo”. Este experto manifiesta que “si no llegan verdaderas medidas de distribución de renta, la mayoría de la población seguirá empobreciendo”.
Además de Montoro, el presidente del Santander, Emilio Botín, también ha asegurado que el dinero entra ahora mismo en España “por todos lados”. Y prueba de ello es la mejoría en los mercados. Pero, tal y como explica Gimeno, gran parte de esta afluencia monetaria se debe a que “desde el extranjero es rentable invertir en un país a cuyas empresas les urge posicionar sus activos, por lo que es ofensivo ya que solo quien pronuncia esas palabras es capaz de ver ese dinero”.
Frente a un 1% que se ha enriquecido gracias a la crisis, el resto de la población se ha quedado sin renta y los que aún la conservan la utilizan para pagar sus deudas. La demanda y el consumo caen. El empleo y el crédito se destruyen. El nivel de déficit y la tasa de paro son más altos, ante lo cual el economista advierte que “corremos el riesgo de situarnos en una posición de estancamiento durante otra década.
Así, con un tono de preocupación que no intenta ocultar, Gimeno sentencia que “mantener la renta de los responsables de los bancos ha costado más que mantener la solvencia de familias y empresas”. “Es evidente que algo se ha hecho mal”.