Barack Obama y Raúl Castro anunciaron en el día de ayer la reapertura de sus embajadas con intermediación del Papa y de Canadá. El presidente de Estados Unidos anunciaba ayer que su país moderara el bloqueo a Cuba. El acuerdo se dio a conocer tras el intercambio de tres presos cubanos y dos norteamericanos.
La Asamblea General de la ONU aprobó una resolución el pasado 28 de octubre, que condenaba por 23ª vez la política de sanciones impuestas por el gobierno de EEUU a la República de Cuba. Cada vez son más las voces que se alzan contra esta situación, algo que ya pidió The New York Times en un editorial el pasado 11 de octubre.
Si hablamos de un espectáculo cubano, el musical es su género por excelencia. La música que allí nace es tan contagiosa como un bostezo. Los pies no pueden estar quietos, te dicen que sigan el ritmo de esa isla del Caribe, situada entre el calor y la alegría. Ellos, los compatriotas que acudieron de público, bien lo sabían. Pero durante la actuación, fueras o no de Cuba, esa sangre latina estaba en todos los que acompañaban con palmas y coreaban: “Soy de Cuba”.
La hija del disidente cubano Oswaldo Payá, líder del Movimiento Cristiano de Liberación y fallecido el pasado mes de julio, manifestó durante su intervención en la charla-coloquio organizada por Paneuropa Juventud España el pasado 14 de marzo que la sociedad cubana está preparada para un cambio, que, en palabras de Rosa María Payá, deberá nacer de la ley a la ley y de forma pacífica.
Durante los últimos 54 años Cuba ha estado sometida al dominio de la dictadura comunista de los hermanos Castro. La Revolución que llevó a Fidel Castro al poder tras derrocar al régimen del dictador Batista, le mantuvo en el Gobierno desde 1959 hasta 2006, año en que su hermano Raúl asumió las riendas del poder político del Estado. En este tiempo, grupos opositores a la dictadura cubana han mostrado sus reivindicaciones y protestas contra un régimen que consideran poco democrático y vulnerador de los derechos humanos. Sin embargo, la hija de Oswaldo Payá asegura que la sociedad se encuentra preparada para un cambio que, según afirmó, deberá basarse en el diálogo y en el respeto de los derechos humanos.