El consumo de piel sintética y animal se ha visto afectado bien por razones morales o bien por razones económicas; lo cierto es que no deja indiferente a nadie y la población está cada vez más concienciada. Desde la prehistoria, los humanos han usado la piel de los animales para cubrir sus cuerpos desnudos y protegerse de los climas más fríos, pero en la actualidad su uso está más relacionado con la industria de la moda y el glamour que con las inclemencias climatológicas.
Entre los años 80 y 2000, se han llevado a cabo campañas muy agresivas contra el uso de las pieles para proteger el bienestar animal. Muchas de estas campañas han sido apoyadas por famosos como Pamela Anderson y Eva Mendes, quienes se han fotografiado sin ropa difundiendo el lema “Prefiero ir desnuda que vestida con animales”. En 2005, la cantante Britney Spears fue acusada por People for the Ethical Treatment of Animals (PETA) de “insensible” y “desubicada” por lucir una chaqueta de piel de zorro en la portada de uno de sus álbumes.
La cantante P!nk en la última campaña de PETA / Foto: Ruven Afanador
"¿Quién pagará a todos los desempleados si desaparece el negocio de la piel?" |
- Karl Lagerfeld, The New York Times |
Desde entonces, grandes diseñadores, prestigiosas marcas y reconocidos cantantes y actores han recapacitado sobre el uso de las pieles y se han posicionado. Prueba de ello es Ralph Lauren, que declaró en 2006 que se debe de acabar con el uso de las pieles en prendas de vestir; Calvin Klein que se ha tomado muy enserio el asunto para no volver a usarlas; y la diseñadora española Agatha Ruiz que ha optado por retirar de sus diseños los acabados en piel. También apoyan el Faux Fur marcas como H&M, Tommy Hilfiger y Adolfo Domínguez entre otros. Esto da lugar a una tendencia dentro del sector de la moda y poco a poco se va impregnando a otros sectores.
Sin embargo, hay muchos otras personalidades que son seguidoras fervientes de la piel como por ejemplo los diseñadores Carolina Herrera, Cristian Lacroix y Armani; incluso el controversista diseñador Karl Lagerfeld -quien ha diseñado este año Haute Fourrure, su colección de pieles de Alta Costura- justifica su uso en una declaración a The New York Times: "Es muy fácil decir no a las pieles, […] pero es una industria. ¿Quién pagará a todos los desempleados si desaparece el negocio de la piel? Aquellas organizaciones que están en contra de ella no son Bill Gates". Es más, no solo los famosos del mundo de la moda apoyan el consumo de pieles, también cantantes y actores como Sharon Stone, Lindsay Lohan, Paris Hilton y hasta Anna Wintour, la influyente directora de Vogue en Estados Unidos.
La tendencia de usar las piel sintéticas es algo que cada vez más diseñadores están apostando y así se avanza hacia un cambio de modelo basado en la sostenibilidad y respeto a los animales, tal y como asegura el director internacional de Igualdad Animal, Javier Moreno.
A pesar de todo, la gran lucha mundial no termina con usar más o menos pieles animales, sino que “no hay que olvidar que para la fabricación de pieles sintéticas se utilizan derivados del petróleo y otras sustancias que tardan siglos en degradarse”, explica Ana Honrado, de atención al cliente de la empresa alemana Fabfab (Telas.es en España). Ya la Comisión Europea (CE), en el año 2014, informó de que son muy contaminantes los procesos de producción de este tipo de materiales.
Sus propiedades características
A día de hoy se tienen más presentes los nombres de las personas inmersas en los escándalos y las fuertes campañas, que las propias ventajas y desventajas de la piel animal y del faux fur que muchos quizá desconozcan.
Gabriel Montesinos lleva 38 años en la industria de los curtidos y las pieles, y afirma que las pieles que se venden proceden de animales utilizados en la industria alimentaria como el vacuno y cerdo, siendo la de vacuno la más confortable y la más vendida ya que se emplea para el invierno, el calzado y la marroquinería. “No es que haya animales que abriguen más que otros”, declara, sino que depende del grosor de su piel. Además, asegura que “es indiscutible” que la piel de animal abriga más que la sintética y afirma rotundamente que la calidad del becerro es impresionante además de suave en comparación con otras y con las de imitación. La piel animal es la más cara, y Montesinos confiesa que por ejemplo Loewe compra primerísima calidad y “usan única y exclusivamente los centros de las pieles para confeccionar sus bolsos, desechando los restos, y eso también suma”. Pero lo que más recalca es que las pieles sintéticas no existen, “la palabra plástico suena muy artificial, de ahí que se hayan inventado el tapujo ‘polipiel’”.
Vídeo de Loewe para rendir homenaje a los artesanos de la firma / Vídeo: Loewe, Youtube
La industria de la piel sintética ha avanzado mucho con el tiempo. La empresa alemana Fabfab lleva más de 10 en el mercado y es donde trabaja Ana Honrado, quien explica que las pieles de imitación están compuestas por materiales sintéticos de buena calidad que respetan el medio ambiente, son agradables al tacto y destacan por su resistencia a la humedad y durabilidad. El precio de la piel sintética es menor, pero también varía en función de su composición, tintes y tamaño del crespón. Asimismo, Honrado cree que los jóvenes suelen rechazar llevar pieles naturales, pero suelen adquirir cuero sin ser conscientes de que lleva un proceso de curtido, teñido y secado donde se trabaja con productos químicos no biodegradables -que tardan siglos en degradarse- y en ocasiones, en países con una política ecológica más permisiva.
Desde la Organización Empresarial Española de Peletería (OEEP) recuerdan que defienden la libertad de elección de todos, los que visten prendas con piel o sin piel, pero aseguran que el cuidado de los animales es una prioridad en el comercio y que existen estrictas normas en la industria que controlan la producción de piel procedente crías de animales en cautividad y de animales silvestres.
La realidad en la actualidad: la demanda
En la actualidad se traen muchas prendas ya confeccionadas de la India, apunta Montesinos, ya que allí la mano de obra es más barata, pero la calidad es peor y los curtidos menos duraderos. Por eso, el experto explica, “te puedes comprar una chaqueta de piel por 35 euros”.
“Los jóvenes tiran más por el plástico por el precio” |
- Gabriel Montesinos |
El director internacional de Igualdad Animal, apunta que es difícil saber si el consumo de pieles animales ha descendido mucho o poco desde la entrada en auge de las Faux Fur; desde la empresa Fabfab creen que sí que se ha disminuido el uso de pieles animales en la última década pero de momento no va desaparecer su consumo. Sin embargo, Montesinos asegura que sí que se ha notado la bajada en la demanda y en la presencia de la industria peletera en nuestro país ya que recuerda que hace 15 años había muchas tiendas como Calzados Kelme y Paredes, que empezaron a irse de España por la entrada del calzado barato chino.
Los zapatos que no son de piel hacen daño, no transpiran y no ofrecen confort, asegura el gerente de Gaycar. ¿Su recomendación? Es mejor comprarse unos zapatos de serraje antes que unos de plástico por salud; en las demás prendas, confiesa, no es tan importante que sea de piel o no. Llevar pieles animales sigue siendo un artículo de lujo no apto para todos los bolsillos, por eso “la gente joven tira más por el plástico por el precio” dice Montesinos, quien añade que “normalmente la clase social media-alta o alta es la que consume este tipo de pieles”.
Las pieles son como las piedras preciosas que tienen un aura glamurosa. Si regalasen un abrigo de piel de más de 30.000 euros muchos no dudarían en aceptarlo, apunta Honrado. No se sabe si los consumidores se mantendrán firmes en sus decisiones, ni si los adeptos a la piel se cambiarán de bando y tampoco se sabe si se llegará a una etapa 100% piel de imitación. Lo que sí se sabe es que el mundo de la moda ha cambiado al igual que están cambiando los tiempos, los gustos y las tendencias. Eso sí, ‘las antiguas tendencias se van pero terminan volviendo’, como se observa cada año.