En el Pleno municipal del 22 de diciembre el PSOE, Ahora Madrid y Ciudadanos aprobaron la elaboración de un Plan de Memoria Histórica para retirar los nombres franquistas del callejero de Madrid junto con los monumentos, en virtud de la Ley de Memoria Histórica. El Ayuntamiento recurrió a la Cátedra Complutense de Memoria Histórica del siglo XX (CCMHSXX) para la elaboración de dicho plan. Desde entonces esta ha sufrido diferentes presiones que han dinamitado su trabajo y desprestigiado su reputación.
El diario El País publicó la existencia de una lista de 256 nombres de calles, cuya elaboración atribuyó a la CCMHSXX, en la que se incluyen nombres de personajes de talla universal como Josep Pla o Salvador Dalí, alejados de la dictadura. La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, en el mismo medio de comunicación, atribuyó a la Cátedra la responsabilidad sobre los disparates que tal lista contenía, e indicó que el Ayuntamiento no iba aceptar tales cambios en el callejero de Madrid.
Otra información que suscitó polémica fue el contrato según el cual el Ayuntamiento pagó 17.999 euros a la Cátedra por su colaboración, un euro menos de lo que exige la ley para sacarlo a concurso. Según la Cátedra no han recibido dinero alguno vinculado a éste ni a ningún otro proyecto. Solo existía un contacto y un compromiso formal para asesorar al Ayuntamiento de Madrid en la elaboración de su Plan Integral Memoria Madrid.
La falta de cohesión entre el Ayuntamiento y la Cátedra suscitó otra polémica debido a la retirada de vestigios franquistas como la placa conmemorativa del fusilamiento de ocho carmelitas, situada en el cementerio de Carabanchel Bajo y que al día siguiente fue repuesta. Acciones sobre las cuales la Cátedra no tenía constancia alguna. Cuando se produjo la entrega de los nombres de las treinta calles, el Ayuntamiento tampoco se coordinó con la Cátedra.
Acción de distorsión
Para Mirta Núñez Díaz-Balart, directora de la Cátedra, el Ayuntamiento, los partidos políticos y los medios han sido los protagonistas de una acción de distorsión sobre el proyecto. ”La acción de la derecha mediática ha torpedeado todo el proyecto” declara Mirta Núñez. Curiosamente en esa acción ha intervenido El País que “le dejó rienda suelta a jóvenes periodistas que querían colgarse medallas”, opina Mirta Núñez.
Para la directora de la Cátedra tiene que existir una estructura que depure las maniobras ya que “esa acción erosionó mucho”. Los medios de comunicación publicaron información sin contrastarla y ahora el desprestigio ya es irreparable ya que “la gente te sigue preguntando sobre elementos de la lista tergiversada”, declara Mirta Núñez. Por su parte, el Ayuntamiento tampoco supo actuar con coherencia, “es tan sencillo como levantar el teléfono y preguntar si esa lista era nuestra”, concluye la directora de la Cátedra.
Deontología profesional
Según Mirta Núñez, al final el que se lleva el gato al agua es el enredador, este quiere crear una cortina de humo y finalmente consigue crear problemas internos. La ética periodística queda a un lado ya que “preguntan sobre temas personales y familiares que no tienen nada que ver con este tema”, comenta Núñez Aunque se desmientan las noticias, el daño ya está hecho ya que “en Internet las cosas no mueren, una y otra vez vuelve a resurgir el tema”, concluye Núñez.
Para Laura Garrido, de la Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología del Periodismo, la actualidad y la veracidad deben ir de la mano. “¿Hay algo más deseable para una sociedad sana qué la información veraz de la actualidad?”, se pregunta Laura Garrido. Sin embargo, reconoce que muchas veces no ocurre así y por lo tanto “quedan muchos damnificados por informaciones falsas”, comentó.
Uno de los principales problemas del periodismo actual es que “se está olvidando la diferencia entre información y opinión, presentando esta como si fuera aquella”, explica Laura Garrido. Para ella los becarios no tienen ninguna responsabilidad ya que “se supone que están para aprender”. La responsabilidad es de los “enseñantes” ya que “deben orientar a los becarios en el buen hacer periodístico”, concluyó.
Situación actual de la Cátedra
La situación actual de la Cátedra está pendiente de una próxima comisión de seguimiento que marcará la continuidad de esta. La dirección, cuyo puesto no es retribuido, quedó a disposición del equipo gestor de la Cátedra, formado por el rectorado y varias fundaciones. “Me pongo a disposición de los organismos” declaró la presidenta en funciones de la Cátedra, ya que hasta la próxima reunión, que tendrá lugar en septiembre, no se determinara ninguna acción.
Lucha por la memoria histórica
Para Mirta Núñez es un asunto pendiente de nuestra democracia reestablecer la democracia en el callejero, entre otros, ya que hay gente del mundo de la cultura y del exilio que está ausente. ”Un ciudadano tiene que saber que la historia es parte de nuestra situación actual”, comentó. La dictadura es una imposición y una ruptura en la trayectoria pública española. “Es importante que se sepa el costo que ha tenido la dictadura, la ruptura de la legalidad, que nace justamente de un golpe de estado en 1936”.
Después de todo lo acontecido, lo que queda son los treinta primeros nombres de calles relacionadas con el franquismo enviados por la Cátedra que deben ser eliminados del callejero madrileño. Entre ellos se encuentra la plaza de Arriba España, Caídos de la División Azul, la plaza del Caudillo o avenida del General Fanjul. El cambio se aprobaría en abril, pero no se efectuaría hasta finales de año o en 2017.