La EMT, que se encarga de la prestación del servicio de transporte urbano por superficie, es una de las principales empresas del Ayuntamiento de Madrid. Cuenta con una flota de 1.907 autobuses para explotar un total de 203 líneas, de las cuales 170 son convencionales diurnas, 1 es la denominada “Exprés Aeropuerto”, 6 son líneas universitarias y 26 son nocturnas convencionales. Es un servicio que transporta más de 400 millones de usuarios al año, aproximadamente un millón de forma diaria. Sin embargo, no es el medio más utilizado por los madrileños: el metro de Madrid registra unos 2,5 millones de desplazamientos al día. El suburbano, al contrario que la EMT, se ha visto favorecido por el Consorcio, dado que ha aumentado recientemente su inversión en un 9,3%.
La Comunidad de Madrid lleva reduciendo la partida destinada a la EMT desde 2013. El gobierno anterior del Ayuntamiento, liderado por Ana Botella, también experimentó los recortes llevados a cabo por el consistorio. Ahora, el gobierno de Manuela Carmena también está viendo cómo peligra la viabilidad de la empresa y ha solicitado, con el apoyo del PSOE, un pleno extraordinario en el Ayuntamiento para analizar la situación.
Desde la EMT, los empleados aseguran que el presupuesto es insuficiente para cubrir todos los gastos de la red de autobuses: "la decisión del PP es un crimen". Afirman además: "Trabajamos diariamente con autobuses viejos, se aumentan las frecuencias porque se recortan viajes y se eliminan líneas". El sindicato de trabajadores de la EMT añade que "como consecuencia de la menor inversión también ha aumentado la vida útil de los autobuses. Antes era de 12 años y ahora de 15. Con este recorte es imposible prestar el servicio". Los trabajadores ya han elaborado un calendario de movilizaciones que incluye tres protestas más, aparte de la del jueves, para continuar mostrando su descontento.