Aquellos médicos o enfermeros que han aprobado las oposiciones o concursos de traslado están siendo incorporados a sus nuevos puestos de trabajo, tanto en atención primaria como en hospitales. La Comunidad ha ofrecido 5.000 plazas repartidas por toda la región. Además, la Consejería de Sanidad ha acelerado el proceso para que se completase antes de las elecciones municipales y autonómicas del 24 de mayo.
En este reemplazo concurren por un lado, el concurso de traslados para 1.371 profesionales fijos, es decir, aquellos que ya contaban con una ocupación en el sistema nacional de salud. Y por otro lado, 3.535 plazas de oposiciones, la mayoría de ellas de enfermería y auxiliares.
Este movimiento de trabajadores implica que quienes ocupaban esos empleos de forma eventual deberán abandonar su cargo. Se desconoce el número exacto de empleados que están siendo desplazados a medida que los nuevos titulares van posicionándose en sus nuevas plazas. El problema es que hasta que se conozca cuántas vacantes quedan, no podrán recolocar a estos afectados.
Carmen Solano, secretaria de la Sociedad Madrileña de Enfermería Familiar y Comunitaria (SEMAP), en declaraciones a Infoactualidad, explica que en el caso de atención primaria se les colocará en los puestos vacantes que han quedado. “Sería exigible que se hiciera de acuerdo a la capacitación en el ámbito comunitario u hospitalario”, apunta Solano. Y añade: “Deberían dejar de considerar que las enfermeras puedan ir de un ámbito a otro continuamente”.
Por este motivo, algunos sindicatos y plataformas están en contra de la falta de información que están recibiendo los sanitarios afectados y denuncian la precipitación del proceso. Desde el sector de médicos y enfermeras esperaban que este relevo se produjera en el mes de octubre.
Algunas enfermeras o auxiliares han sido informadas de que estaban dadas de baja con días de retraso y mediante un SMS. “Es sin duda en el siglo XXI un maltrato profesional que no se reconozca la capacitación de los sanitarios”, valora Solano. En su opinión, este proceso de movilidad voluntario para todas las enfermeras y enfermeros del Servicio Madrileño de Salud pone de manifiesto, una vez más, el poco valor que se le otorga a los méritos y capacitación en el ámbito comunitario.
“El número de enfermeras de atención primaria afectadas por el actual concurso de traslados se corresponde con el 21% del total de las plazas de los centros de salud de nuestra comunidad”, señala Carmen Solano. Esto supone que, aproximadamente 1.400.000 madrileños cambien de enfermera en los próximos días. En cuanto a los médicos, aproximadamente 1.500 pacientes se verán afectados por cada médico que se traslada. “Probablemente no sea del agrado de los pacientes pero es un derecho del profesional el poder mejorar sus condiciones laborales a pesar del posible trastorno que le produzca al usuario”, explica Gabriel del Pozo Sosa, vicesecretario de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores (Amyts).
Cinco de los seis sindicatos miembros de la Mesa Sectorial de Sanidad de la Comunidad de Madrid (CCOO, UGT, USAE, Satse y CSIT-UP) aprobaron el acuerdo para ofertar las 5.000 plazas de interinos. Sin embargo, el Sindicato Médico Amyts se opone a esta conversión y ha rechazado el borrador de la Consejería de Sanidad.
Gabriel del Pozo Sosa apunta a que la aceleración de este proceso “posiblemente tenga un componente electoral”. Este sindicato discrepa en el acuerdo debido a que, según el nuevo proceso, se selecciona a los interinos por centros, sin que prime la antigüedad del doctor. El grupo sindical opina que deberían prevalecer los criterios de antigüedad y mérito. Asimismo, desde SEMAP exigen que “el único mérito que se deba acreditar en un concurso de traslados sea el de tiempo trabajado, sin tener en cuenta la procedencia del mismo”, cuenta Solano.
El acuerdo que propuso la Consejería de Sanidad madrileña incluye, además de los comités descritos para los especialistas hospitalarios, una serie de criterios. Estos criterios se dividen en puntos porcentuales de la siguiente forma: experiencia profesional, un 40%; formación, un 20%; docencia, otro 20%; y una entrevista subjetiva, el 20% que resta.
La Sociedad Madrileña de Enfermería Familiar y Comunitaria, en un comunicado emitido en el mes de abril, alerta del impacto que supone para toda la atención primaria el actual concurso de traslados. Además, insta a la Consejería y a los sindicatos participantes en la Mesa Sectorial a que lleguen a un acuerdo con el fin de que las plazas que queden vacantes sean ocupadas por enfermeras que acrediten competencias en enfermería familiar y comunitaria. “Estos movimientos de profesionales sin valoración de conocimientos ni competencias ponen en riesgo la seguridad de los pacientes”, subraya Carmen Solano.
La SEMAP a su vez exige que se organice un procedimiento de recontrataciones tras los traslados, en el que prime la experiencia y conocimientos en atención primaria y minimice el impacto que produce en la calidad de los servicios que recibe el ciudadano el que se trasladen enfermeras sin capacitación en el ámbito comunitario. “El hecho de no diferenciar los ámbitos de trabajo y considerar que una enfermera puede estar hoy haciendo una atención en un domicilio de un paciente frágil y mañana en una unidad de diálisis hospitalaria, o viceversa, pone en riesgo la seguridad de las personas a las que atendemos”, considera Carmen Solano.
Carmen Solano Villarrubia que “la salida de los centros de salud de numerosas enfermeras que llevan años demostrando su capacitación en el ámbito comunitario y la llegada de otros profesionales sin ningún conocimiento del mismo, hará que se resientan todos los procesos asistenciales”. Estos se refieren tanto a los de prevención y promoción de salud, como por ejemplo talleres de educación para la salud en el ámbito escolar o grupos de deshabituación tabáquica, como los procesos de atención a las personas con enfermedades crónicas o de atención en el domicilio de las personas más vulnerables.