Estas pastillas de falso éxtasis con PMMA fueron relacionadas, a principios de año, con graves casos de intoxicación en el Reino Unido que causaron la muerte de cuatro jóvenes. El éxtasis es un compuesto que presenta ya de por sí peligrosidad, pero en el caso de las “Superman” el riesgo es exponencial, ya que el componente PMMA es más tóxico. Con el agravante de que la remesa detectada en Madrid presenta dosis muy elevadas de esta sustancia, y es que a mayor proporción el peligro aumenta.
La forma engañosa en las que se presentan es una peculiaridad que puede suponer muchos riesgos para los posibles consumidores. Diferenciar entre un comprimido de éxtasis y otro de “Superman” es “imposible a simple vista”, como explica el Licenciado en Farmacia, David Carrión. Y aclara que “podemos encontrarnos con comprimidos de MDMA o de PMMA (falso éxtasis) que tengan el mismo tamaño, color, forma y logotipo y no conoceríamos su naturaleza ni composición exactas hasta la realización de un análisis químico.”
El éxtasis, al igual que otro tipo de estupefacientes, presenta peligro y su ingesta puede conllevar sobredosis. Pero al tratarse de los comprimidos “Superman” la alerta radica, como explica Carrión, “en que su principal composición se presenta en dosis muy elevadas, entre 140 y 170 mg, por lo que pueden ser muy tóxicas e incluso letales como se ha visto en los casos de Reino Unido”. Aún más si se tiene en cuenta que se han dado situaciones de intoxicación por debajo de los 50 mg.
En el caso de las “Superman” la información tiene vital importancia, ya que su problemática es muy enrevesada. Y es que, además de ofrecerse visualmente de forma engañosa, el PMMA que integra en su composición “tiene la particularidad de que tarda en ejercer su acción mucho más tiempo que el éxtasis (MDMA), con el posible riesgo de aumentar la ingesta hasta una sobredosis”, indica David Carrión, también divulgador sobre consumo responsable y análisis de drogas. A este respecto sostiene que “en estos casos la información puede ser crucial para impedir este tipo de situaciones tan peligrosas” y que “una atención sanitaria temprana en un caso de intoxicación grave puede ser de vital importancia para salvar la vida del consumidor”.
Sobre la importancia de la información hacia la ciudadanía y su sensibilización para evitar este tipo de problemáticas, el químico y analista de estupefacientes, Pedro Sánchez Piñan sostiene que "Reino Unido actuó negligentemente" en el caso de los cuatro jóvenes fallecidos. "Holanda fue el primero en notificar el alto riesgo que presentan estas pastillas, tanto a nivel nacional como internacionalmente", observa Sánchez Piñan y añade: "Si se compara con las medidas tomadas por el Reino Unido se puede ver dónde está el error, ya que no hizo absolutamente nada. Incluso al recibir sus autoridades sanitarias un aviso directo del Ejecutivo holandés, el 22 de diciembre del pasado año, no se hicieron eco." El químico critica que las fechas navideñas estaban próximas, con el consiguiente aumento de las fiestas, y no se tomaron medidas ante una situación, que una semana después, se cobró la vida de cuatro personas.
Otro de los interrogantes que han surgido por la aparición de estas pastillas, es el averiguar las motivaciones que pueden existir para producir comprimidos con un componente tan tóxico como el PMMA. Para el químico Sánchez Piñan es difícil saber las razones que han movido a manufacturar pastillas con esta sustancia. Aunque explica que “una buena teoría sería partir del hecho que el Safrol, precursor usado para sintetizar éxtasis, es ilegal y sus precios en el mercado negro son muy elevados. Sin embargo, el aceite Anetol, precursor con el que se obtiene PMMA, es de tenencia legal y barato, además de guardar muchas similitudes con el anterior”. Asimismo matiza que “esto podría conllevar que un nuevo equipo de síntesis se entrene para futuras elaboraciones de éxtasis, produciendo PMMA para probar su eficacia y evitar pérdidas. Y para recuperar el capital invertido en esta operación se pondrían a la venta las pastillas obtenidas con esta sustancia tan tóxica”.
La plataforma Energy Control es la que puso sobre aviso a las autoridades sanitarias de Madrid acerca de la aparición de estas pastillas. Se trata de una ONG de la Asociación de Bienestar y Desarrollo que ejercen una actividad de sensibilización e información sobre drogas. Distribuyen material informativo acerca de sus posibles peligros y otros aspectos de interés, además de instalar expositores informativos y servicios de análisis rápido de sustancias y pruebas de alcoholemia en las zonas de ocio nocturno, con el fin de lograr un consumo más seguro.
Este proyecto tiene sede en Madrid y en otros puntos de España, como Barcelona y Sevilla, donde se pueden solicitar los servicios de su grupo de análisis de manera anónima y gratuita. Igualmente, poseen un portal web donde ofrecen sus servicios (www.energycontrol.org). Sánchez Piñan ha sido colaborador de Energy Control y comenta que el único modo seguro de saber de qué sustancia se trata es mediante el análisis químico. Apunta que también “existen reactivos, de unos 20€, que pueden detectar la presencia de la sustancia estupefaciente que esté presente en mayor proporción”, sin embargo “hacen falta equipos avanzados de análisis para saber exactamente qué se tiene entre manos” con lo que evitar y prevenir posibles riesgos.