Isabel Rodríguez, Saturnino Vera, Pepa Romero o Juan Manuel Ortega, son algunos de los representantes de las asociaciones de vecinos madrileñas que componen el núcleo urbano. Ellos son los portavoces, pero detrás se encuentran cientos de vecinos que, cansados de la situación en que la está quedando su hábitat, han decidido tomar medidas.
Proponen elaborar un manifiesto, `El centro de Madrid y sus vecinos´, con todas las aspiraciones y denuncias, y presentarlo ante la Casa Consistorial. Según Pepa Romero, portavoz del barrio de los Austrias, con él pretenden decir basta “al debacle que está sufriendo el centro de la capital”. Se quejan de no disponer de espacios donde sus hijos puedan jugar y, sin embargo, encontrarse a cada paso con terrazas y bares que consideran “ilegales”. Denuncian el hecho de que el gobierno municipal no hace nada para paliar estos daños, ya que a su juicio se ponen del lado de los “infractores”.
El conjunto de asociaciones puso en valor las ocasiones que han acudido al consistorio para pedir explicaciones y hacerse oír, pero el gobierno municipal, y más concretamente la alcaldesa Ana Botella, han hecho caso omiso de estos hechos. Asimismo, muchos barrios han decidido unirse a la iniciativa, como La Corrala, la Plaza Mayor y el Barrio de las Letras.
Con motivo de la proximidad de las elecciones, pretenden plantear a todas las candidaturas sus propuestas y, dependiendo del partido que les ampare, confiarán su apoyo a unos o a otros. Se definen como apartidistas, puesto que cuando se unen por conseguir un mismo fin “todos son uno” y dejan de lado los ideales políticos. En conjunto afirman estar tan indignados que han dejado de confiar en la política. En opinión de Pepa Romero: “Ellos son los que hacen las leyes y ni siquiera las cumplen”. Otro de los portavoces presentes, Juan Manuel, manifestaba su rabia al decir que estaban “hartos de que fueran tratados únicamente cómo contribuyentes, y no cómo ciudadanos”.
En los últimos cinco años, el núcleo urbano ha pasado de ser uno de los mejores escaparates de Madrid, en el que se podían apreciar monumentos y parques emblemáticos, a convertirse en una zona únicamente comercial. Prueba de ello son las innumerables tiendas y bares que recorren las zonas más céntricas de la ciudad, y que han dejado de lado el patrimonio cultural. Los vecinos protestan porque el corazón de Madrid se ha convertido en el punto de reunión de turistas en busca de borrachera y de comerciantes en busca de negocio. De hecho, el centro es el lugar con mayor índice de viviendas vacías de toda la ciudad, y esto está ocurriendo cada vez con mayor frecuencia. Según Isabel Rodríguez, del Barrio de las Letras: “Los que viven allí, terminan por cansarse de la situación y mudarse a otras zonas más tranquilas”.
Comerciantes y hosteleros, los más beneficiados
La otra cara de la moneda la protagonizan los comerciantes y hosteleros, que son los más beneficiados por la situación. El hecho de que el epicentro sea un punto de referencia a la hora de salir de compras y de fiesta ha contribuido a que, cada vez más, se abran nuevos negocios. Según Alberto González, encargado de Colors, uno de los pubs con más afluencia del centro, los turistas suponen una “bendición” para el negocio de la hostelería. Alberto lleva cuatro años encargándose de la supervisión de este pub y afirma que el tránsito de clientes ha ido aumentado de año en año, llegando incluso a la necesidad de tener que ampliar el bar.
Según el encargado de Colors, es cierto que el foco central de la capital ha dejado de ser lo que era, “antes podías disfrutar del ambiente de Madrid, ahora sales a la calle y solo ves terrazas y turistas”. Sin embargo, confiesa que eso para él supone una ventaja, “un hostelero piensa en lo mejor para su negocio”.
Alberto discrepa con las asociaciones de vecinos que se quejan de la “tortura acústica” que sufren noche tras noche, ya que “los niveles sonoros están perfectamente controlados”. Son varias las inspecciones por las que ha pasado su local y ha superado todas ellas, tanto por el volumen del sonido como en el horario de apertura y cierre. Defiende la legalidad de su negocio y asegura que en caso de incumplir alguna ley, el Ayuntamiento sería el primero en pararle los pies. “Los vecinos del centro deben entender que viven en una zona turística y comercial”, afirma Alberto.
El debate está en la calle, mientras los vecinos se quejan por la insoportable situación que tienen que vivir día tras día. Por otro lado, hosteleros y comerciantes se benefician de la constante afluencia de turistas. De momento, las asociaciones de vecinos del centro están luchando por ser protagonistas de las próximas elecciones municipales y por recuperar el Madrid de antes.