Bajo el lema “¡Fuera el 3+2!” los universitarios se dieron cita junto a la fuente del dios Neptuno a las 18.30 horas para terminar a las puertas del Ministerio de Educación y Cultura alrededor de las 20.00 horas. La huelga fue una continuación de las ya acontecidas los días 25 y 26 del pasado mes de febrero, a las que se sumaron 2.500 institutos y 250 facultades de todo el Estado.
Francisco García, secretario de la Federación de Enseñanza de CCOO; Carlos López, secretario general de FETE-UGT; y Ana García, secretaria general del SE; entre otros representantes sindicales, solicitaron la retirada del decreto y pidieron al Gobierno que abra un proceso de diálogo porque, a su juicio, las medidas hacen daño al futuro universitario y a la sociedad española. Por su parte, la portavoz del Sindicato de Estudiantes fue la más dura en sus declaraciones: “Esta contrarreforma pretende privatizar la universidad. El PP quiere imponer el modelo de los años 50, cuando solo estudiaban los hijos de los ricos y la mayoría de los jóvenes se veían abocados a tener una deficiente calidad laboral y de vida”.
Asimismo, los sindicatos anunciaron de forma unánime que seguirán protestando con todos los medios que estén a su alcance: movilizaciones en la calle, propuestas alternativas y, si llega el caso, emprenderán acciones jurídicas contra este decreto.
Ambiente tenso, pero sin incidentes
La marcha transcurrió en un ambiente cívico y sin ningún percance. Los estudiantes gritaron sus consignas a favor de la educación pública y en contra del ministro José Ignacio Wert y las políticas aplicadas por el Gobierno de Mariano Rajoy.
Solo un hecho hizo presagiar lo peor. A la altura del edificio del Banco de España, un grupo de estudiantes, miembros de la plataforma Toma la Facultad, se unieron sin permiso a la manifestación a gritos de: “Sindicato de estudiantes, sindicato de farsantes” o “Comisiones y UGT, sindicatos del poder”. En este sentido, los integrantes del colectivo Toma la Facultad impidieron el acceso al escenario de la calle Sevilla a los organizadores oficiales, lugar donde estaba previsto que se leyeran los manifiestos finales. Sin embargo, aunque no se pudo desarrollar el acto, no se produjo ningún disturbio.
¿Cómo afectará el decreto 3+2 a los estudiantes?
Los principales problemas se centrarán en la devaluación de los grados, que pasarán de cuatro a tres años y, como explica el decreto, “tendrán un carácter básico y generalista”. Esta medida obligará a obtener una cualificación especializada de posgrado, con su correspondiente desembolso económico.
Los estudios de posgrado, comúnmente conocidos como másters, se ampliarán de uno a dos años. Actualmente, un máster de un año en la Universidad Complutense de Madrid oscila entre 4.000 y 7.000 euros, precio que aumentará con la nueva normativa a una cantidad cercana a 14.000 euros en la totalidad de los dos años.
Además, algunos de los grados se suprimirán y se pondrá en peligro al 20% del personal laboral de las universidades públicas españolas. El paso de los actuales a los nuevos grados de tres años, de carácter básico y general, supondrá que muchos se fusionen con otros de la misma rama.
Por todo ello seguirán en la lucha “cueste lo que cueste”, ya que según reza un comunicado del Sindicato de Estudiantes elaborado para la ocasión: “Somos conscientes de que lo que no consigamos con la lucha en las calles difícilmente lo lograremos en otros ámbitos”.
Fotografías: Sara García Bautista