Uber es una compañía estadounidense que ofrece sus servicios a través de una aplicación para móviles. Se definen como un servicio que moviliza personas, según su página web. Frente a otros servicios similares que funcionan también desde aplicaciones para móviles, Uber, presenta la peculiaridad de que conecta a conductores con usuarios para transportarlos dentro de una misma ciudad. Además se puede elegir el vehículo, establecer el punto de recogida y pagar desde el teléfono.
La empresa está presente en más de 100 ciudades estadounidenses y europeas. Aterrizó el pasado verano en la ciudad de Madrid, antes lo hizo en Barcelona y Valencia. Desde el primer momento se desataron las reacciones contrarias, procedentes de los taxistas de Madrid. Éstos han convocado diversas manifestaciones y protestas para avisar de lo que, según ellos, es una “empresa ilegal”.
El gremio de taxistas ha visto el acceso de Uber a sus ciudades como un ataque frontal contra sus intereses y contra la legalidad vigente. La situación ha provocado la indignación de los profesionales del taxi, incluso han ocurrido algunos sucesos aislados como la quema de dos vehículos de Uber en la ciudad de Barcelona o la detención de cinco taxistas por perseguir y amenazar a un conductor de Uber en Madrid. Sobre estos hechos, la Asociación Élite Taxi de la capital de España ha manifestado su "repulsa a los actos de violencia o delictivos a la vez que exigimos el cumplimiento de la ley a las administraciones".
El presidente de la Asociación Madrileña del Taxi (AMT), Felipe Rodríguez Baeza, ha criticado que, mientras ellos son sector reglado y regulado, “esta compañía opera sin licencia y sin pagar impuestos”. Rodríguez declara que es “injusto” que la plataforma pueda operar en Madrid, puesto que no juegan con las mismas cartas y añade: "es evidente que la forma en que la compañía desarrolla su actividad es ilegal".
Por su lado, Uber se defiende aclarando que no es una empresa de transporte, lo que hace es ofrecer la contratación de un conductor al usuario. Éste envía los datos a la compañía diciendo donde está y a donde quiere ir, y la aplicación le avisa de si hay un chófer disponible para que le lleve a su destino a cambio de dinero.
La compañía esgrime el matiz de que al tratarse de una empresa privada de reservas de coche en línea, pero no de transporte, se libra de las posibles multas. Y alegan que sus tarifas no traspasan los límites de una dieta, que sirve para cubrir los gastos de cuidado del vehículo y que, por lo tanto, no infringen la ley.
Fomento y la CNMC discrepan sobre la regulación
Pese a ello, el Ministerio de Fomento planteó el pasado mes de septiembre que este supuesto sirve para las plataformas “orientadas a compartir costes sin ánimos de lucro que no realicen servicios profesionales de transporte bajo remuneración económica". En esta afirmación no encajaría la actividad de Uber y muestra de ello son las multas a cuatro conductores por seis mil euros y los 12 expedientes abiertos contra la empresa, realizadas por el Gobierno regional en las últimas semanas. Asimismo, pese a que la Administración ha llevado a cabo inspecciones y multas, no ha iniciado procesos para regular la situación, por lo que las empresas digitales como Uber funcionan desde una perspectiva jurídica "alegal".
En este sentido, el Concejal del Grupo Municipal del Partido Popular, Diego Bonal, afirmó en el Pleno del Ayuntamiento del mes de octubre que "Uber es competencia desleal y el Ayuntamiento de Madrid no va a permitir que se den situaciones de intrusismo en el sector del taxi”. Comunicando que harán todo lo posible dentro de sus competencias para impedir esta situación.
Otra de las partes afectadas es la Federación Profesional del Taxi de Madrid, la cual a través de su presidente, Julio Sanz, condena la "permisividad" y "el silencio por parte de la Administración". Sanz critica la inanidad que de los responsables políticos para atajar este problema: "Desde el inicio de las movilizaciones se creó una comisión interministerial y aún no ha emitido ningún dictamen".
Desde la Asociación Madrileña del Taxi (AMT) ven esta situación de forma distinta. Felipe Rodríguez Baeza, presidente de la asociación, comenta a este periódico que "desde el primer momento nos hemos encontrado con el apoyo total de la Comunidad y del Ayuntamiento”. El problema, en opinión de Rodríguez, es que toca tantos ámbitos que es difícil que vaya rápido". Sostiene que se debería sensibilizar a la sociedad para que no contraten estos servicios "piratas". "Nosotros tenemos que pasar un examen y tenemos un seguro de responsabilidad civil, cubrimos ciertas garantías que los servicios ilegales como este no tienen", concluye.
En el ámbito político, Raquel López, del Grupo Municipal de Izquierda Unida, ha señalado que "si estas empresas no son reguladas, se está colaborando con ellas por omisión. Provocará que el sector se desregule completamente y que el servicio público se vea afectado de manera muy grave."
A principios de noviembre la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), encargada de vigilar la competencia entre los distintos sectores económicos, pidió integrar Uber en "competencia efectiva" con los taxis. Este órgano estatal no tiene capacidad normativa, pero sí vela por la eficiencia de los mercados. Por esta razón, ha lanzado un estudio llevado a cabo por consulta pública, que expone las recomendaciones para desarrollar una regulación para los “nuevos modelos económicos digitales”.
Los grupos interesados en que exista una normativa adaptada a las nuevas tecnologías ven esta propuesta como una pequeña victoria para sus aspiraciones. Pese a todo, la CNMC aconsejará sobre esta materia pero no garantiza que finalmente se lleve a cabo por el Gobierno.
Para el Grupo Municipal Socialista esta propuesta de la CNMC es “equívoca”. Ruth Porta Cantoni, portavoz del Área de Medio Ambiente y Movilidad por el PSOE en el municipio, ha comentado para Infoactualidad que “la consulta no ayuda a clarificar el problema ya que Uber no funciona de acuerdo al consumo colaborativo”. Sostiene que al ofrecer un servicio de transporte de viajeros deberían “ajustarse a lo regulado para este tipo de actividad”.
Para Uber es una “solución inteligente”
Acerca de las quejas vertidas por los taxistas, Uber manifestó que "estar en contra de las soluciones inteligentes que ayudan a la gente a moverse, solo consiguen impedir que los ciudadanos de Madrid dispongan de una mayor oferta". Además, expresan que están "orgullosos de ofrecer una innovadora solución a un precio muy asequible para usuarios y conductores".
Pese a las quejas y manifestaciones de los taxistas parece que Uber ha llegado para quedarse. La última palabra la tendrá el Gobierno, regulando o ilegalizando su actividad y de las empresas basadas en nuevas tecnologías que aparezcan en un futuro.