¿Qué hacer cuando la persona a la que quieres se marcha? ¿Cómo seguir adelante cuando no reconoces tu vida, cuando los planes se truncan y ya nada es como esperabas? ¿Cómo volver a tus días de antes? ¿Cómo afrontar esos domingos de mierda, que deberían desaparecer del mapa, o las noches de viernes en esas discotecas que ya no reconoces?
El pasado 12 de enero se cumplieron tres años desde ese martes de 2010 en el que la tierra tembló, en el que por aquel entoncesya era uno de los países más pobres del mundo: ocupaba el puesto 145 en un ranking de 169 países.
Ah, la Navidad. Esa época mágica y maravillosa del calendario en la que la ilusión y la alegría invaden los salones de cada casa, las almas de cada niño, los ánimos de cada anciano. A estas alturas de la película sobra decir que esto hace tiempo que dejó de ser así para muchos, y que de hecho, hubo gente para quien nunca lo fue.
“En un agujero en el suelo, vivía un hobbit. No un agujero húmedo, sucio, repugnante, con restos de gusanos y olor a fango, ni tampoco un agujero seco, desnudo y arenoso, sin nada en que sentarse o que comer: era un agujero-hobbit, y eso significa comodidad”.