La locura cometida por Cortázar y su entonces pareja, Carol Dunlop, queda reflejada en ‘Los astronautas de la cosmopista’. Esta novela, publicada por primera vez en 1982, resulta ser fruto de un viaje que habían realizado los enamorados un par de años antes. Como indicó el argentino a su editor y amigo Guillermo Shavelzon, se trató de “embarcarnos en nuestra Volkswagen, que es como una casita con cama, cocina y todo lo necesario, y efectuar el viaje París-Marsella deteniéndonos cada día en dos parkings, sobre un total de unos 70”.
Dada la gran capacidad de escritura de Cortázar y el talento fotográfico de su acompañante, esta hazaña dio lugar a una conjunción de poemas, reflexiones, bromas y fotografías. Cada árbol, cada personaje, cada comida… fueron motivo de inspiración para estos dos aventureros. Así, la obra aparece firmada por los dos, pues ambos aportaron su granito de arena.
Ante esta nueva edición de Alfaguara, el editor de Cortázar recuerda a los autores de ‘Los astronautas de la cosmopista’ como "dos enamoradores, dándose besos como pajaritos en el Drugstore de St Germain de Pres".