La cantante Kesha Rose Sebert denunció en octubre de 2014 a su mánager desde 2005, Dr. Luke, por abusos sexuales y psicológicos. La denuncia se produjo a su salida de rehabilitación, a la cual se vio obligada a asistir debido a que su manager la llevaba obligando desde hace varios años a consumir drogas y alcohol.
La Corte Suprema de Manhattan dio su fallo definitivo el día 19 de febrero, poniendo fin a un proceso legal que llevaba años en curso. Según el dictamen judicial, Kesha se ve obligada a continuar su contrato con Sony Music y su manager Lukasz Sebastian Gottwald, de nombre artístico Dr. Luke. Las opciones son realizar seis discos más, bajo estas condiciones tal y como se estipulaba según su contrato inicial, o dar por terminada su carrera musical. Kesha firmó un contrato musical con Sony Music en 2005, con 18 años, y en 2009 dio su salto definitivo al estrellato con su single Tik Tok.
La cantante salió de rehabilitación en marzo de 2014. Su adicción a las drogas y el alcohol se vio alentada por el productor musical, que entre otras cosas lo utilizó para obligarla a adelgazar. Durante años ha sido víctima de diversos abusos -entre ellos violación-, pero Gottwald se ha defendido con un documento firmado por la artista en 2011. En este aseguraba que en ningún momento su manager había abusado de ella o le había obligado a consumir drogas o alcohol, a lo que la defensa de la artista alegó que se encontraba bajo coacción y el efecto de las diversas sustancias que era obligada a consumir.
Entre las acusaciones de Kesha contra Dr. Luke se encuentra la afirmación de que el sobrenombre de “Dr.” Se lo ganó por ser popular entre artistas por conseguirles drogas en los años que fue guitarrista en el programa Saturday Night Live.
No es el primer escándalo al que se enfrenta Sony Music. En 2002 tuvo desacuerdos con Michael Jackson, que acusó a la firma de estar boicoteando su álbum Invincible. En la actualidad son los fans los que aseguran que van a boicotear a la firma, y se han volcado vía Twitter para dar una reprimenda a la marca por el caso de Kesha. Por la red ya circulan numerosos hashtag como #FreeKesha (“liberad a Kesha”) y #SonySupportsRape (“Sony apoya la violación”).
Es habitual en Estados Unidos que cantantes, sobre todo femeninas, se vean perjudicadas por situaciones similares. En 2009, la cantante Rihanna denunció a su pareja Chris Brown por abusos. La fotografía que le tomaron en comisaría con la cara prácticamente deformada debido a la paliza que había recibido pareció no tener efectos a niveles legales ni sociales. La carrera de Brown vivió un impulso, mientras que la de la víctima atravesó un bache.
Numerosas personalidades, tanto famosas como fans, muestran su indignación en las redes sociales por un sistema legal que deja de lado a mujeres que sufren abusos, aunque éstos sean de dominio público, y con una industria musical que favorece los beneficios económicos, independientemente de los crímenes legales o morales que cometen los artistas y las firmas discográficas.