Con un tono sencillo que atrapa al lector, Mara Torres consigue que devoremos la historia de cómo Fortunata Fortuna intenta sobreponerse a la separación, después de tres años, del que ha sido el amor de su vida. Gracias a un lenguaje fresco y divertido, que enganchará sobre todo al público femenino, y a través de situaciones cotidianas, de vidas totalmente reales y posibles, descubriremos a Nata, una mujer tiene que reiniciarse.
Quienes se pierdan entre las 250 páginas del libro, descubrirán a una mujer contemporánea, treintañera como su autora, que ha conseguido con esta, su primera novela de ficción, ser finalista en la LXI edición del Premio Planeta. “He escrito este libro porque lo necesitaba”, decía Torres en una entrevista concedida hace unos meses a Rtve.es
La vida imaginaria nos hace ver que las cosas no siempre son como creíamos que serían, que hay momentos que pensábamos que no viviríamos y de pronto, aquí están. Momentos para los que no estábamos preparados, de los que no sabemos cómo afrontar el día después, aunque tengamos que hacerlo. Pero la novela no es, ni mucho menos, una historia trágica, o un alegato a la fuerza y coraje interior de las personas: se trata de la historia de una chica cualquiera, con sus problemas corrientes y sus pensamientos corrientes. La historia de Fortunata para unos pocos, Nata, para la mayoría: tan graciosa, tan indefensa, tan divertida, tan perdida… tan real.
La vida imaginaria es, en fin, la oportunidad de renacer, de reescribir tu vida sin quererlo, de entender lo que nunca entendiste, de saber lo que nunca supiste, conocer lo que nunca conociste… de ser, por fin, feliz.