“La obra entera, la que se llama arte, no conoce pueblos ni fronteras, sino solo la humanidad”, escribió Vassilly Kandinsky en 1911. Las fronteras fueron algo que Kandinsky conoció y que supo franquear bien, tanto artística como personalmente. Las estuvo cruzando toda su vida, como queda reflejado en el recorrido por su obra que se ofrece en Cibeles hasta el próximo 28 de febrero, coincidiendo con el 150 aniversario de su nacimiento en 1866. “Entre las numerosas biografías de exiliados de la vanguardia”, explica la comisaria de esta exposición y curadora del Centro Pompidou de París, Angela Lampe, “la de Vassily Kandinsky ocupa un lugar especial: ruso de nacimiento, admirado como alemán en la Bauhaus y fallecido como francés en 1944.” Es así como, expuestas en sentido cronológico, las piezas del considerado padre de la abstracción reflejan la evolución que experimentó a lo largo de los años y las diferentes ciudades, empezando con sus primeros trabajos en Múnich hasta la última y prolífica etapa que vivió en París.
Desde precisamente París a Madrid; del Pompidou al CentroCentro, Kandinsky sigue cruzando bordes gracias a sus cuadros, que recorren miles de kilómetros para mostrarse al público. Este viaje, con más detalle y detenimiento que nunca antes en España, ha tenido lugar en conjunto con el italiano Grupo Arthemisia, una triple colaboración que llega a la capital española tras haber pasado por Italia y Estados Unidos.
“Me ha parecido maravillosa, una exhibición excelente”, se expresa para Infoactualidad la periodista y corresponsal de arte para la BBC, Razia Iqbal. A la comunicadora, sin embargo, esta compilación le ha sabido a poco: “Me esperaba más cuadros, ya que es una retrospectiva”, argumenta. “No conozco su obra lo suficientemente bien como para saber cuáles faltaban, pero me ha dado la impresión de que no había tantos de los más significativos”, comenta Iqbal, achacando este hecho a que las obras solamente provienen del Centro Pompidou, y que “debe de haber más museos que tengan Kandinskys importantes”. No obstante, son más de 100 las piezas expuestas: cuadros, dibujos y fotografías originarias de la gran colección que la viuda del artista, Nina Kandinsky, donó al Pompidou. Y aunque algunas forman parte de la galería permanente, otras provienen de los fondos del centro y no estaban expuestas al público, ofreciendo de este modo una visión especialmente inédita del recorrido del artista.
Del expresionismo a la abstracción
A lo largo de ocho salas que componen las cuatro secciones, se invita al visitante a sumergirse de lleno en esta retrospectiva. El recorrido comienza en Múnich, donde un ya treintañero y abogado Kandinsky recibió la llamada del arte, y tras ello, su etapa de vuelta en Rusia. El tercer ambiente corresponde a su inmersión en la corriente del Bauhaus, experimentando con las creaciones. Se palpa en estas salas un uso de colores primarios, figuras geométricas y círculos perfectos.
Como colofón, París, un período de gran variedad creativa. Es en la última sala donde el público se topa con una de las obras más representativas: se trata de Azul del cielo (1940), en la que formas orgánicas gravitan en “dulce suspensión”, tal como describe la escritora Paola Rapelli. Esta pintura es ejemplo de la singular capacidad de abstracción y evasión del pintor: París estaba tomado por los nazis y, sin embargo, el cuadro no se antoja conflictivo sino todo lo contrario, onírico e incluso optimista. Como él mismo expresó, “el azul desarrolla el elemento de la quietud”.
Una visita para todos los públicos
Gracias a las explicaciones de la audioguía, ofertada de forma gratuita, incluso “alguien que no sepa mucho” de arte llega a entender las obras, como explica una turista española en Madrid, Cristina Fouz. Además, “las escuchas incluyen música”, que cambia “conforme van evolucionando las pinturas”, apunta esta visitante, mencionando que, por ejemplo, la música de Arnold Schönberg con su técnica dodecafónica complementa el final del recorrido.
El precio ha sido el asunto de menos agrado para algunos visitantes. “Genial la retrospectiva de Kandinsky!! Aunque pagar 11euros por entrar a una expo en un espacio público... En fin...” [sic], tuiteaba el periodista de Televisión Española, Álex Barreiro, en su cuenta personal. Aún así, tal y como expresa Cristina, “hemos aprovechado, porque esto no se ve todos los días”, y se puede tener, como ella, “el precio de los lunes”, cuando la tarifa es de cinco euros, “que es asumible”.
Esta retrospectiva de Kandinsky, junto con la de Edvuard Munch en el Museo Thyssen-Bornemisza, apuesta fuerte por ser la exhibición de la temporada. “Es impresionante”, expresa Razia Iqbal, quien recomienda “absolutamente” esta visita. “Todo aquel que esté en Madrid debería venir a verla”.
La exposición Kandinsky. Una retrospectiva tiene lugar en el CentroCentro Cibeles de Madrid, hasta el 28 de febrero de 2016, todas las semanas de lunes a sábado.