Equipos de mala calidad, búsqueda de riqueza, trabajadores bajo presión, mentiras a los familiares de los pacientes, son algunos elementos que componen el retrato de la sanidad pública francesa realizado por el director Thomas Lilti (1976) en su último film `Hipócrates´, proyectada el pasado miércoles en la Facultad de Ciencias de la Información.
`Hipócrates´ describe la familia de profesionales que agrupa un hospital de la capital parisina, dónde el joven Benjamín (Vincent Lacoste), hijo del director médico del hospital (Jacques Gamblin), comienza a trabajar como médico residente. Durante sus primeras experiencias tendrá que hacer frente a nuevos descubrimientos y complicaciones, para ello cuenta con la ayuda como refugio de Abdel, (Reda Kateb, César 2015 a Mejor Actor Secundario) un interno de origen argelino con más valentía, experiencia y espíritu crítico. Ambos personajes en paralelo, muestran dos modelos de profesional y dos modos de vida diferentes; un joven despreocupado y desorientado y el profesional por vocación capaz de dejar a su familia y su país en busca de una vida mejor.
Tras un llamativo inicio en los pasillos del hospital, `Hipócrates´ combina los aspectos más divertidos con los más dramáticos dentro del funcionamiento de un hospital público como pueden ser los errores médicos, la permanente discusión frente a la eutanasia, el fuerte corporativismo profesional, ingredientes que dan muestra de no ser una película que se aborde desde un concepto romántico la profesión médica.
El próximo 8 de mayo ésta comedia dramática llega a las grandes pantallas españolas, para mostrar historias que se entrecruzan -y que tratan cuestiones que atienden a la percepción dolorosa de los pacientes, o el terrible miedo a la muerte que padecen algunas personas que ya han llegado a la vejez-, envueltas en un constante dramatismo.