¿Cómo surgió esta idea de hacer teatro?
Pues la idea surgió de uno de los actores de la obra que es Fran Calvo, era algo que le rondaba la cabeza desde hace tiempo. Entonces pues lo típico, te informas de si se tiene que registrar la idea; de dónde, en el caso de que se tenga que hacer; si es una idea muy original o si en cambio es algo natural que te sale y todo el mundo lo puede hacer… Somos un grupo de ocho personas, s nos alió la idea de hacerlo sobre un librero y así hasta el día de hoy en el que ya estamos ensayando el segundo capítulo para estrenar a finales de noviembre.
Cuando le propusieron el proyecto, ¿qué fue lo primero que pensó?
Me pareció una idea maravillosa. Es de esas cosas que piensas -anda, ¿y por qué no se me ha ocurrido a mí?-. Es ese tipo de cosas tan sencillas que luego piensas -que curioso-.
En esta obra de teatro tienen al público más cerca de lo habitual ¿Le estimula esto o sin embargo prefiere que haya más distancia?
A mí personalmente sí me motiva más. Yo soy un chico cercano, se vive más intensamente pero sí que es verdad que es un lenguaje muy diferente.
¿Cuáles son las diferencias a la hora de actuar respecto al teatro más convencional?
En el teatro más convencional tienes una estructura más frontal, en la que hay un escenario donde todo el público está delante y no tienes porque romper la famosa -cuarta pared- para incluir al público. Aquí evidentemente hacemos el ejercicio al revés, en vez de romper la -cuarta pared- empezamos con ella rota y lo que buscamos son esos momentos de intimidad entre el personaje para contar y explicar cosas que nos están pasando sólo a nosotros. Partimos con que hay un público alrededor que está sentado casi al lado tuyo y que ya forma parte de la historia desde el minuto uno. A mí sí que me gusta la cercanía y contacto con el público, evidentemente se rompe esa proyección de voz que tienes con el teatro a la italiana, de llegar hasta la última butaca del teatro que sea. Aquí es al revés, tienes que tener cuidado de no ser tan íntimo que quien esté sentado a tu lado no te oiga.
Hablando de Martín, tu personaje, ¿Tiene algún parecido con él?
Sí, yo creo que todos los personajes tienen algo nuestro, porque salen de nosotros, tienen nuestro físico y en la mayoría de los casos nuestra voz también. O como mínimo sí que han tenido pensamientos que has tenido alguna vez también tú, aunque no sea de una manera directa. Yo creo que incluso si te haces un asesino que ha matado alguien, se nos pasaría por la cabeza -¿Te imaginas que ahora matara a mi hijo, que no puedo hoy más con él o a mi madre que es una pesada?-. Son emociones que buscamos los actores y que intentamos imitar cuando actuamos y tenemos que matar a nuestra madre o hijo.
Es un personaje con muchas dudas y que le cuesta, no relacionarse, pero sí intimar más. Tiene también una cosa existencial que todos nos hemos preguntado alguna vez pero que en mi caso personal soy un poco más directo. Pienso en Martín, que es algo de mí y que durante la hora que dura el primer capítulo soy suyo y hablo por él. Pero no hay una similitud conmigo concretamente sobre lo que le pasa al personaje.
¿Me podría decir que ocurre si alguien se pierde algún capítulo?
La idea es que convivan en algún momento el capítulo uno y el dos cuando lo estrenemos, después ya veremos cómo se va organizando. Pero en principio cuando se lance el segundo va a estar todavía representándose el uno, no como ahora pero sí puntualmente. La verdad es que estamos todavía digiriendo el hecho de ir avanzando ya la historia. Es como un engranaje, no sé si decir complejo, que requiere de una gran organización. Es como que hemos parido un niño muy listo. Y los niños prodigio se pueden convertir a veces en problemas en el sentido de que hay que darles mucha atención porque son tan listos que necesitan colegios especiales. Y esto también necesita un buen trabajo detrás de organización, de compaginar y de estar todos atentos para que crezca.
Carlos, también ha trabajado en televisión, entre el teatro y la televisión ¿Con cuál de los dos se quedaría?
Pues yo creo que me da igual, depende del momento. Hay días que estoy más teatrero porque requiere una especie de rutina que no tiene el cine, en donde se trabaja en un momento más concreto con dos meses del tirón y luego todo eso se va. La televisión sí puede tener algo parecido al teatro en cuanto a que vas a trabajar con un horario y tienes más rutina. Pero en la televisión también tienes más madrugones, que es algo que no me gusta nada. En cambio el drama tiene la misma rutina pero por la noche. Después de una función no puedes meterte en la cama y dormir. Es como si un futbolista tiene un Barça-Madrid y mete cinco goles al rival, ese tío no duerme en tres días. En el teatro es igual, estas mostrando algo tuyo y cuando acabas tienes que darle un tiempo a tu cuerpo y a tu mente. Ahora estoy haciendo esto y me apetece mucho, pero seguramente que si llevara mucho tiempo haciéndolo me apetecería otra cosa. Pero en general los actores sí que pueden tener alguna preferencia, según el ritmo, la manera de trabajar, de rodarlo…
En el mes y poco que llevan ya, ¿Cómo está viendo que es la reacción del público? ¿Es lo que se esperaban?
Pues gratamente, no me esperaba que fuera a gustar tanto. Hemos hecho algo más de un mes y me parece que llevamos dos años, me han pasado tantas cosas en un mes que igual no te pasan en un año. Incluso a mí, que me aburro pronto de las cosas, me siento un poco desbordado. Al público le ha agradado este proyecto mucho porque está entre actores, pero a la vez no se sienten partícipes ni agobiados porque se piensen que les vamos a sacar al escenario. A mí como espectador me pasa lo mismo, alguien me coge la mano y la retiro en el momento mientras pienso -es tu trabajo y yo he venido a verte-. Precisamente por eso no lo sienten como un escenario, si no como un espacio en el que está interactuando una gente y tienen la ocasión de oír una historia que no les pertenece. Piensan -fíjate, estamos aquí sentados en la mesa de un bar y al lado hay una pareja discutiendo-. A veces estás ahí con la parabólica y no es tu historia, pero también tienes cuidado de que no te pillen escuchándoles. En cambio aquí está permitido, se dan las dos cosas; no participar y estar excusado de meterte en la vida de otras personas.
¿Entonces a la hora de trabajar no se siente más cómodo haciendo cine, televisión o teatro?
En mi caso si tuviera que escoger algo escogería el cine, porque en el cómputo global se lleva lo que yo creo que se parece más a mi manera de ser y trabajar. Una película, un mes de ensayo, dos de grabación y ya está. Ya has parido eso y de una forma más intensa, pero yo es que soy así, ser más rutinario me aburre más. Intento buscar otras cosas, aun que no sea dentro de mi trabajo si no fuera de él, que me llenen para poder justificar que cada día voy a hacer una obra de teatro. A lo mejor todos los viernes me da por comer boquerones en vinagre en la Almudena y eso me llena, además me proporciona lo otro para no aburrirme. La televisión es muy intensa y estresante y se tiene más ritmo. Es un poco duro el estudiar-borrar, el teatro sin embargo es aprender el texto y mantenerlo porque siempre es la misma función.