Una divertida y resuelta Alenxandra Jiménez fue la encargada de conducir un proyecto que se estrenaba ayer, pero en el que no hubo un ápice de improvisación o falta de organización. Con una disposición muy Globos de Oro (los asistentes sentados en mesas circulares, por grupos, y cenando) la noche fue transcurriendo entre risas, sketches, discursos y ovaciones.
Ovaciones para José Sacristán, que recogía el premio Feroz de honor ante un auditorio puesto en pie. “Que el aullido de esta noche sea un punto de arranque. El peliculero no sería nadie sin el pregonero” decía el actor, reconociendo así la necesaria unión entre crítica y cine.
Y es que los Premios Feroz han servido, sin duda, para unir y reivindicar el cine y el periodismo, por separado y en conjunto. Así lo hacía David Carrón, Presidente de la Asociación de Informadores Cinematográficos de España, y así lo hacía David Trueba, al recoger su premio al mejor guión por Vivir es fácil con los ojos cerrados (más tarde volvería subir para recoger el Feroz a mejor director). Trueba se acordó de los miles de periodistas que han perdido su empleo en los últimos años, así como de los compañeros secuestrados en Siria.
Otro director, Pedro Almodóvar, tuvo que conformarse con estrenar la categoría de mejor tráiler, galardón con el que se reconocía la escena más divertida de Los Amantes Pasajeros. En cuanto a los actores, Antonio de la Torre continúa con su buena racha y se alzaba con el Feroz a mejor actor por su interpretación en Caníbal, lo mismo que la imparable Marian Álvarez, que después de ganar la Concha de Plata y el Premio Forqué, anoche se volvía a casa con el Feroz. ¿Se cumplirán los pronósticos y su interpretación en La Herida le hará ganar también lo único que le falta, el Goya?
Además de ellos dos, Las Brujas de Zugarramurdi acaparó las categorías de mejor actor y actriz de reparto: una emocionada Terele Álvarez y un ausente Mario Casas (está en Chile rodando Los 33 junto a Antonio Banderas) fueron los elegidos por la crítica para añadir este premio a su currículum.
Y en cuanto a los premios gordos, 3 bodas de más se alzaba como la mejor comedia del año. Ya había recogido el premio a mejor cartel, pero esto fue el broche de oro para que el equipo estallase de alegría: todos subieron al escenario a disfrutar del momento. La sorpresa llegaba a continuación, cuando Stockholm, una modesta y pequeña producción financiada por micro donaciones, se hacía con el Feroz a mejor película dramática. El equipo, sorprendido y muy emocionado, agradeció a la crítica el apoyo prestado para poder hacer de esta discreta película algo mucho más grande.
Acababa así una gala muy bien concebida y organizada, que ha ido cogiendo fuerza en los últimos meses y que anoche desplegó todo su encanto. Esta idea surgió, como muchas otras, de un grupo de whatsapp, reconocía anoche David Carrón. ¿Y quién dice que no es un buen modo de empezar grandes cosas? ¡Larga vida a los Feroz!