Puede que ese origen sea el motivo por el que hoy en día en sus callejuelas confluyan bares, tiendas y restaurantes de muy diversas identidades: teterías árabes, bazares indios, locutorios, fruterías de Bangladesh y un sinfín de locales de variopintas etnias que se mezclan con bares y tascas al más puro estilo madrileño castizo. Ahí reside la magia que envuelve a este barrio, en que el conviven más de ochenta nacionalidades distintas. Todos hemos paseado alguna vez entre sus coloridas fachadas o hemos disfrutado del sabor de una shisha en alguna de las llamativas teterías con las que cuenta el barrio. O simplemente asistido a cualquier exposición o conferencia en La Casa Encendida o en La Tabacalera. Y es que Lavapiés no sólo es multiculturalidad sino que también ofrece una de las agendas culturales más ricas de la capital. Una de las citas que los amantes de la gastronomía no podemos perdernos es ‘Tapapiés’: alrededor de 50 establecimientos ofrecen tapas de todos los sabores del mundo y al módico precio de un euro. Una ocasión estupenda para saciar los paladares más atrevidos y al mismo tiempo conocer un poco más de la gastronomía de otros países y descubrir todos los secretos que esconde el barrio de Lavapiés. Y es que los sabores más extravagantes se fusionaron del 17 al 28 del pasado mes de octubre en forma de uno de los productos estrella por antonomasia de la gastronomía española: la tapa. Sabores italo-argentino, brasileños, escandinavos, griegos, indios, peruanos o asiáticos tuvieron cabida en esta feria, junto a sabores autóctonos tales como extremeños, andaluces o asturianos. Un festín para el paladar y la oportunidad de trasladarnos a cualquier punto del planeta sin salir de la capital. En la variedad está la riqueza y en Lavapiés podemos encontrar el maridaje perfecto entre multiculturalidad y gastronomía: un derroche de olores, colores y sabores para disfrutar en uno de los barrios más encantadores de Madrid.