Su autora es una mujer orgullosa de su perfil y muestra abiertamente sus sentimientos. Un trazo idéntico al de su hermana gemela: Dulce, la cual dedicaba su tiempo a escribir, hasta que una terrible enfermedad acabó con su vida. Y es que la imagen y los rasgos de Dulce son vitales en la labor literaria de Inma Chacón. Sin abandonar su sonrisa de par en par, su morena cabellera y su tierna voz habla de su profesión, su vida y sus novelas. Una imagen de ella asoma en el comedor de su casa entre estanterías blancas llenas de libros, junto a una colección de relojes de arena.
El tiempo de arena, a partir de los relojes de este mineral, se asocia a la espera de esa arenisca debajo de un reloj. Las mujeres tuvieron que esperar mucho tiempo a que sucedieran diversos eventos en distintas fases de la historia.
Inma confiesa que a pesar de escribir sobre el sexo femenino, no se considera una escritora femenina ya sobre mujeres, pero también sobre hombres. Ella reivindica los derechos de estas, sin tapujos y por tanto, no se considera feminista abogando por la universalidad de la literatura.
Inma quiso con este libro que, cada uno de sus personajes representará un estereotipo dentro la sociedad. Munda encarna el librepensamiento, Alejandra simboliza una parte de la sociedad dispuesta a luchar por un mundo más justo, sin embargo en la imagen de Mariana se personifica a una parte de la sociedad que quiere mantener los privilegios que le llegan de nacimiento. Por su parte, Xisca se encuentra entre las personas que están oprimidas desde su nacimiento, una mujer sometida al poder de otros. Aparecen también criadas que, al igual que ella, están dominadas por grupos de la sociedad.
Esta familia representa un micro mundo en el que se desarrollan los problemas y tensiones que nos podemos encontrar en la sociedad general: crisis sentimentales, económicas.
La masonería: sus ritos, el sentido de Munda con ella, lo que quieren los masones están en un primer plano. Se trata la masonería femenina sin tapujos y de una forma reivindicativa. Para Chacón “los masones han estado perseguidos en nuestro país, ya que solo ser masón tiene una connotación negativa”. Es por esto que se busca reconocer la intelectualidad de esta sociedad que en países como Latinoamérica, donde son reconocidos, pero que en España fueron rechazados sobre todo las mujeres masonas. El tono con el que se trata a la masonería es con un tono discreto ya que “ellos mismos son discretos” como dice Chacón.
Tiempo de Arena es la muestra del buen hacer que caracteriza a Inma Chacón: cuatro largos años preparándola y documentándose bien. Como buena documentalista ve esencial la acumulación de información en el proceso de creación de sus libros.
Y es que, cual amante de la cocina (literatura), su truco es ir apuntando ingredientes para su novela (ideas) en una libreta, para luego ordenarlos y conseguir enganchar al lector, como en dicha novela, con planos narrativos y distintos perfiles sociales. La paciencia, pero sobre todo el esfuerzo y dedicación que Inmaculada pone en su trabajo, la hicieron finalista del Premio Planeta el pasado año con una novela que considera una consagración y madurez personal.