Casi un siglo después, esta vertiente artística regresa para volver a hacernos soñar y alejarnos de la difícil realidad a la que estamos sometidos, proponiéndonos un mundo de fantasía fomentado por la imaginación.
La exposición Surrealistas antes del Surrealismo aterrizó el pasado 4 de octubre a la Fundación Juan March de Madrid presentando una selección de 200 dibujos, fotografías y estampas que abarcan desde el Medievo tardío hasta el surrealismo.
Se trata de una exposición con historia, dado que deriva de la legendaria muestra Fantastic Art, Dada, Surrealism organizada por Alfred H. Barr hace 75 años en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. En ella se confrontaron por primera vez obras de artistas contemporáneos con obras de Hieronymus Bosch, Goya, y Grandville entre otros, con el fin de resaltar la larga tradición del arte de la subjetividad manifestado desde el Medievo tardío hasta la modernidad, pasando por el manierismo y el barroco.
En la fundación pueden contemplarse obras de Martin Schongauer, Alberto Durero, Francisco de Goya, Alfred Kubin, Paul Klee, Pablo Picasso, Joan Miró, Salvador Dalí, Herbert Bayer, entre otros, que representan la enorme riqueza iconográfica que encierran los hallazgos artísticos de la fantasía y el género onírico.
Las obras expuestas proceden en su mayoría de los fondos de la colección de obra gráfica del Germanisches Nationalmuseum, pero también hay obras de la Fundación Juan March y de importantes colecciones públicas y privadas españolas y europeas. Todas ellas podrán contemplarse hasta el próximo 12 de enero.
Algunas de las piezas más destacadas son la impactante Cabeza Llena de Nubes de Salvador Dalí y la fantasía onírica de Los Caprichos de Goya, sin menospreciar la excelente comparación entre La Caída de los Cuerpos de Boucher y La Caída de Faetón de Cornelis van Haarlem.
Sin embargo la Fundación Juan March no ha sido la única galería en hacer honor a este
movimiento artístico durante este otoño. En el museo Thyssen la exposición El Surrealismo y el Sueño plantea la vinculación surrealista entre sueño e imagen, al otro lado del charco, el Moma de Nueva York dedica una monografía al gran René Magritte y por último, en la Tate Modern de Londres nos encontramos el abstraccionismo de Paul Klee como protagonista.