Tras el reciente atentado contra la revista francesa Charlie Hebdo, en París, se ha reabierto el debate sobre la religión musulmana, siempre latente, pero ahora más intensificado. Mientras unos apuestan por un mayor control de los creyentes del Islam y se muestran más desconfiados que nunca, otros reafirman que es la religión de la paz y que se trata de una necesidad de distinguir entre el musulmán y el terrorista.
Las repercusiones del atentado islamista contra la revista Charlie Hebdo han traspasado las fronteras francesas. En Alemania, el Gobierno ha adoptado una postura de condena del terrorismo desde la tolerancia a la comunidad musulmana del país. Sin embargo, algunos movimientos antisemitas de creciente importancia en la sociedad germana han salido también a la calle con un mensaje basado en la generalización.
Amédy Coulibaly, el terrorista que la semana pasada atracó un supermercado en París y mató a cuatro judíos franceses y un Policía Municipal, estuvo en Madrid desde el 30 de diciembre al 2 de enero.
París reunió ayer en sus calles a más de un millón y medio de ciudadanos y a casi 50 líderes mundiales en la marcha en solidaridad con las víctimas. La capital francesa se volcó contra el terror y la masacre terrorista en la movilización más grande registrada en este país.
Tras el atentado terrorista en la sede de la revista Charlie Hebdo, el pueblo francés llora la pérdida de sus víctimas, y se moviliza en defensa de su libertad de expresión. La policía ha puesto en marcha un amplio despliegue al norte de Francia, lugar donde se refugian los hermanos Kouachi 48 horas después del suceso.