“Tras dos años de conflicto, el estado de los derechos humanos en el este de Ucrania sigue siendo desalentador”, ha afirmado Ivan Simonovic, secretario general adjunto para los derechos humanos de la ONU, en unas declaraciones adjuntas al texto. “Si no se trabaja para implementar el protocolo de Minsk, el conflicto podría prolongarse o agravarse, y traería duras consecuencias para una población civil que ya ha sufrido demasiado”, ha concluido Simonovic, tras una visita de siete días a Ucrania.
Más de 20.000 personas intentan cruzar cada día de un área a otra, y, en ocasiones, se encuentran con largas colas y con trayectos en condiciones “precarias”, según lo ha calificado la ONU. Las restricciones en los desplazamientos provocan un impacto directo en la vida de los civiles, quienes además pasan por dificultades para conseguir documentación oficial, recibir pensiones, o acceder a la sanidad.
Asimismo, la ONU también informa de que las 2.700 millones de personas que viven en zonas controladas por grupos armados sufren restricciones en las libertades de expresión, asamblea y asociación. El informe ha documentado que violaciones de los derechos humanos como las detenciones arbitrarias, la tortura, el maltrato o las desapariciones forzadas suceden tanto en territorio rebelde como controlado por el gobierno.
Simovic ha pedido a los líderes que escuchen a ambos bandos. “Los he escuchado alto y claro: quieren paz, derechos humanos y un estado de derecho”. También ha afirmado que sólo la aplicación completa del protocolo de Minsk logrará que se respeten los derechos humanos y que los ciudadanos puedan llevar una vida normal.