El sospechoso, que durante sus agresiones gritaba “Allah akbar” (Alá es grande), fue detenido al poco tiempo por las autoridades alemanas sin que opusiera resistencia en el lugar donde se produjeron los hechos, junto a una estación de tren de Grafing (en el municipio de Ebersberg). Se trata de un ataque aparentemente indiscriminado y el portavoz de la Oficina de lo Criminal de Baviera, Karl-Heinz Segerer, asegura que el agresor actuó solo y descarta cualquier peligro para la población, según La Vanguardia.
El hombre fallecido tenía 50 años y murió a las pocas horas de ser trasladado al hospital. Las otras tres víctimas, varones de 43, 55 y 58 años, se encuentran ingresados en distintos hospitales de la región. La Fiscalía Estatal de Múnich ha informado hoy, mediante un comunicado, que el agresor realizó declaraciones en el lugar de los hechos que llevan a deducir una motivación política.