Hace un mes y medio la Unión Europea firmó un pacto con Turquía para frenar la llegada masiva de refugiados a territorio europeo. Entre las exigencias que Ankara pedía a cambio, se encontraba el pago de 6.000 millones de euros y la liberación de visados para que los ciudadanos turcos pudieran viajar libremente por los países que conforman Schengen.
Para que esta propuesta sea posible, Turquía necesita cumplir 72 condiciones. Actualmente, según un análisis que ha recogido la Comisión, cumple con 65. La institución presidida por Jean Claude Juncker espera que Ankara cubra con los siete puntos restantes en las próximas semanas.
Entre los requisitos que Turquía debe satisfacer se encuentran cuestiones como la protección de datos, la lucha contra la corrupción y la definición del terrorismo, que puede ser el punto que frustre la negociación debido a la polémica que actualmente presenta.
El Gobierno de Recep Tayyip Erdogan ha endurecido su posición con los kurdos y ha llevado a cabo numerosos ataques contra la libertad de expresión. Asimismo, Turquía puede atribuir propósitos terroristas a personas que simplemente se muestran críticas con el presidente o cometan delitos que Europa no considera terroristas. El Gobierno de Anakara debería presentar en los próximos días una legislación que convenza al Parlamento Europeo.
La negociación sobre la adhesión de Turquía al club de los Veintiocho se inició en 1997, y la propuesta que lanzó ayer el brazo ejecutivo de la Unión supone el mayor acercamiento desde entonces con el país potencialmente candidato. No obstante, las otras dos instituciones pilares de la UE –El Consejo Europeo y el Parlamento- son los que tienen la última palabra para sacar a delante esta nueva decisión.