La microcefalia se divide en tres tipos. Microcefalia primaria, se produce una malformación craneal y está ligada al nacimiento; la secundaria es postnatal y puede deberse a agentes nocivos, a la varicela o a la meningitis; y cierre precoz de todas las suturas craneales y presente al nacimiento, que limita el crecimiento de cerebro y cabeza, según la Asociación Española de Pediatría (AEP).
El síntoma común de todas las microcefalias es el retraso mental, pero también otros como la sordera, ceguera o malformaciones viscerales. Cabe destacar que no existe un tratamiento específico, según la AEP.
El brote del Zika que están sufriendo varios países de América comenzó en abril de 2015 en Brasil y después se extendió a Bolivia, Paraguay, Panamá o México, entre otros.
En febrero de 2016, la OMS declaró la epidemia de microcefalia una emergencia de salud pública internacional y en marzo, dijo que el virus Zika puede ocasionar microcefalia.
La transmisión del virus Zika se produce a través de la picadura de mosquitos del género Aedes. El conocimiento de esta enfermedad es de 1950, debe su nombre al bosque Zika, en Uganda, donde se reconoció por primera vez el virus en 1947.