Debido a la constante entrada de refugiados en Europa, la Unión Europea ha llegado a un acuerdo con Turquía por el que el país otomano recibirá 3.000 millones de euros. A cambio, los Veintiocho se comprometen a permitir que los turcos viajen por Europa sin visados a partir de octubre de 2016. Además, se reabrirán las conversaciones para la adhesión de Turquía a la UE a cambio de que cumplan ciertas condiciones.
La principal condición que Bruselas ha propuesto al Gobierno de Erdogan es que intensifique sus esfuerzos para impedir que la marea de refugiados provenientes de las zonas de Siria, Irak y alrededores, llegue a territorio europeo y se instale en los campamentos de acogida subvencionados por la UE que se encuentran dentro de las fronteras turcas. También deberán mejorar la situación socioeconómica de los más de dos millones de desplazados y luchar contra las mafias que transportan a estas personas a Europa de manera ilegal.
Según Sergio Príncipe, periodista y profesor de Políticas de Información y Comunicación en la Unión Europea en la Universidad Complutense de Madrid, Turquía podría aprovechar este acuerdo a su favor ya que “Ankara es conocedora de que la posibilidad de negociar con la UE al respecto de esta crisis le da un poder muy fuerte”.
Por parte de Bruselas, el profesor ha afirmado que el acuerdo “está motivado por una franca debilidad y descoordinación” provocada por el hecho de que “no ha habido un trabajo serio de prevención y de gestión de las crisis migratorias” después de no encontrar la solución a la inmigración ilegal en Italia y Grecia.
Los atentados de París han apresurado a la UE para que tome medidas en el control de la entrada masiva de refugiados así que la UE, encabezada por Angela Merkel, han alcanzado pronto este acuerdo con Turquía. Además, esto ha permitido generar una nueva herramienta para combatir esta crisis ya que desde el principio. “Se ha actuado con una prisa lógica porque el tiempo apremiaba, pero sin medir bien las fuerzas, de ahí que algunos países se hayan visto desbordados”, explica el periodista y profesor universitario. De esta manera, los países más desbordados por la crisis migratoria tendrán un respiro y ganarán tiempo para reubicar a los refugiados en espera. Respeto al papel de la UE reubicando refugiados sirios hasta ahora, Príncipe asegura que “el número es tan ínfimo que debería avergonzar a los Veintiocho”.
Tras alcanzar el acuerdo, desde la UE han asegurado que Turquía recibirá el dinero a medida que se vean los esfuerzos del Gobierno de Recep Tayyip Erdogan por cumplir su parte del trato. También han añadido que esa cantidad de dinero corresponde sólo a un primer acuerdo de los numerosos que se podrán llevar a cabo entre ambas corporaciones si el actual finaliza con éxito. Para la UE, este la rúbrica de este tratado con Turquía es clave para combatir los diferentes frentes que tiene abiertos y poder poner fin a la llegada sin control de refugiados ganando además un aliado clave para la lucha contra el Estado Islámico.
La posible adhesión turca
El hecho de que se reabran las negociaciones para integrar a Turquía en la UE ha causado cierto recelo en Chipre y Grecia además de en otras grandes organizaciones, que no entienden cómo Bruselas puede estar negociando la adhesión de un país con un Gobierno que ha demostrado en numerosas ocasiones no ser capaz de garantizar que se cumplan los estándares civiles del mundo occidental.
Para el profesor Sergio Príncipe, Turquía debe llevar a cabo profundas reformas para cumplir los criterios de la UE. Tal y como recogen los tratados comunitarios, para que un país pase a formar parte de los Veintiocho es necesario cumplir requisitos en relación con la calidad democrática, la eficacia de la economía de mercado y la capacidad para incorporar el acervo comunitario.
Turquía ya intentó en varias ocasiones entrar en la Unión Europea y, desde 2004, es uno de los candidatos a la adhesión pero, debido a las numerosas diferencias y dificultades entre los Gobiernos, la UE aún no ha aceptado la adhesión del país.
Según Príncipe, se ha avanzado muy poco desde que Ankara lograra establecer con la UE el comienzo de las negociaciones. El profesor cree que, de producirse la adhesión, ésta no representaría ningún riesgo para la UE. Además, destaca que “de producirse una incorporación de Turquía, sería necesario una buena apuesta por el conocimiento, la comprensión y el entendimiento mutuos”.
La situación del país otomano ha cambiado mucho desde que fue rechazado por los Veintiocho ya que ha pasado de ser una nación con una pobreza extrema a ser considerado una de las mayores economías del mundo. A pesar de esto, Turquía sigue teniendo muchos problemas internos. Esto ha provocado, según Johannes Hahn, comisario para la ampliación de la UE, un “retroceso significativo” en el correcto cumplimiento de los derechos humanos. “En el último año diversas deficiencias han afectado a la independencia de la justicia y la libertad de reunión y expresión”, declaró Hahn durante una rueda de prensa de la Eurocámara donde también informó de la necesidad de que se recuperen las negociaciones entre turcos y kurdos.
En conclusión, la Unión Europea se enfrenta a una complicada situación que tendrá que afrontar en el límite de sus fronteras. Para ello necesitará nuevos aliados como Turquía, con los que tendrá que llegar a acuerdos y actuar de manera conjunta para lograr solventar las dificultades.