Lunes, 12 Noviembre 2012 19:20

"Four more years”, publicaba Obama en su twitter

Escrito por  Felipe Pulido

 

Estados Unidos ha vuelto a depositar su apoyo en Barack Obama. El presidente reelegido para representar a la primera potencia mundial en los próximos cuatro años ha conseguido aferrarse a su puesto en La Casa Blanca, a pesar del estrecho margen que le separaba en las encuestas de su rival republicano, Mitt Romney.

 

 

La noche del pasado martes día seis de Noviembre fue intensa, y cualquier resultado podía inclinar la balanza a uno u otro lado. Todo era posible, incluso un empate en el número de electores. “Nunca ha ocurrido, pero podría suceder que ambos candidatos obtuvieran 269 electores cada uno, de los 538 totales”, afirmaba el Catedrático de Estudios Americanos, José Antonio Gurpegui, horas antes de conocer el resultado final de los comicios.

Pasadas las cinco de la mañana, con el recuento total ya avanzado que apuntaba como ganador indiscutible al candidato demócrata, Barack Obama aplaudía su victoria. “Four more years”, o “Cuatro años más”, publicaba en su twitter el que fuera elegido primer presidente afroamericano de Estados Unidos ya en 2008. El republicano, por su parte, en las horas posteriores a conocer el resultado aún no se había pronunciado en la red social.

Lo cierto es que el poder de movilización de Obama en las redes ha sido mayor que el de su adversario. Sólo en twitter, Romney contaba en el día posterior a las elecciones con 1.777.060 seguidores, frente a la abrumadora diferencia de Obama, con 20.805. 682.

Las encuestas, por su parte, reflejaban cierto descontento hacia el presidente. Sin embargo, finalmente tan sólo dos puntos han separado al demócrata, que consiguió un 50 por ciento del electorado; frente al republicano, que se alzó con un 48%. De esta forma, Obama se impuso con 61.043.133 votos sobre su adversario, que quedaba ligeramente por debajo y conseguía 58.058.148 votantes.

El número de electores, debido a la singularidad del reparto en el que el ganador se suma todos los votos electorales del Estado, alejan más aún a los 332 votos demócratas de los 206 que consiguieron los republicanos. Todo después de no optar finalmente a los 29 votantes de Florida, que quedaron por decidir al no dar un ganador claro en la noche electoral, ya que la ley en este territorio exige la revisión de las papeletas cuando no hay una diferencia superior al 0.5 por ciento entre ambos candidatos. Sin embargo, Obama no necesitó esperar a conocer el resultado de Florida, donde también consiguió alzarse como vencedor, por aproximadamente medio punto de diferencia, ya que había rebasado la barrera de los 270 votos electorales que aseguran la victoria.


El momento clave de la noche estuvo en el reparto de los Estados de Colorado y Ohio, con un total de 27 electores, que cayeron en manos del presidente y le permitieron cantar victoria. Lo cierto es que en estos distritos estaba la llave de La Casa Blanca. En el caso de Ohio, desde 1964 ningún presidente ha ganado las elecciones sin conseguir imponerse en este Estado. Junto a ellos, otras demarcaciones territoriales indecisas como Michigan, Pensilvania o Nuevo Hampshire cayeron en dominio demócrata. En total, Obama ganó ocho de los Estados indecisos. Así, el partido que lidera el presidente reelecto consiguió un total de 26 Estados y la Capital, Washington D.C. Por su parte, el republicano alcanzó a conseguir los 24 restantes y arrastrar a su terreno a los Estados de Indiana y Carolina del norte, que en 2008 dieron su apoyo mayoritariamente a Obama.

Los datos electorales revelan un descenso de popularidad del presidente, que pierde cerca de nueve millones de votos en cuatro años y se guarda su reelección gracias al apoyo de las minorías. Entre ellas destaca el voto hispano, que fue a parar al demócrata en un 75 por ciento, y el femenino, que le apoyó en un 55; además del 69 por ciento del electorado latino. Por su parte, Romney consigue el apoyo mayoritario de los hombres blancos, aunque también pierde más de un millón de votos con respecto al resultado de Mccain en 2008.

La Cámara de Representantes, con sede en el Capitolio de Estados Unidos, seguirá bajo el control de los republicanos, con 242 representantes frente a los 193 de los Demócratas. El Senado, por su parte, estará controlado por el Partido Demócrata, con 54 y un independiente; mientras que el Partido Republicano contará con 45. Ambas cámaras no sufren variación con respecto a 2008 en sus mayorías.

Los comicios, el número 57 en la historia de Estados Unidos desde 1788, colocan por tanto a Obama de nuevo en el cargo. El presidente reelegido será envestido el próximo 21 de enero y no el 20, como en ocasiones anteriores, al coincidir en domingo. Se abren así cuatro años más para el presidente afroamericano y los últimos que este podrá ostentar el cargo, al estar el mandato limitado a un total de ocho años como máximo.

“Lo mejor está por llegar”, afirmaba el presidente tras su reelección. Obama ahora tendrá que cumplir las promesas que no pudo llevar a cabo en su primer mandato y enfrentarse a la crisis económica y al paro, principales problemas de los estadounidenses. La pregunta es: ¿Lo conseguirá? La respuesta en cuatro años.

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