Las redes sociales y los carteles propagandísticos recogen su nombre: Mitt Romney. Nacido en Detroit, Míchigan, y padre de cinco hijos; Romney, a sus sesenta y cinco años, tiene un perfil de buen empresario y su multimillonaria fortuna le puede ayudar a transmitir la idea al ciudadano de que “lo que toca lo convierte en oro”, así lo cree la experta en asuntos internacionales Soledad Segoviano, que traza el perfil del candidato. Sin embargo, ese arma de doble filo está siendo utilizada por su adversario para movilizar al electorado e intentar incluir en su discurso la idea de que su perfil económico perjudicará con impuestos a la clase media.
No obstante, el que fuera también gobernador de Massachussets en 2008, cuenta con un electorado movilizado y depende de la capacidad del actual presidente para recuperar apoyos entre los descontentos. El discurso económico en el marco de la crisis y el aumento del paro, que se sitúa entorno al ocho por ciento, se han convertido en los aliados de Romney para exigir responsabilidades a Obama. Además hay que añadir el descontento de los demócratas por las promesas incumplidas de su líder y todas aquellas que han quedado ‘descafeinadas’, como la reforma sanitaria. De ahí la frase de Romney hacia su rival: “Querido presidente; la esperanza no es una estrategia” y que trata de poner sobre la mesa las cosas que prometía Obama y que han quedado en simples esperanzas para la población.
Todos esos asuntos han hecho que la campaña gire fundamentalmente con los ojos puestos en el propio país y las políticas exteriores queden relegadas a un segundo plano. Los intereses exteriores de los candidatos han resultado ser similares, aunque la política internacional que podría llevar a cabo el republicano podría ser más realista y radical en algunos sentidos. Lo cierto es que Obama parte como preferido en el exterior.
Las relaciones con España, con la vista centrada en Europa, han sido fluidas en los últimos años y es previsible que se mantengan con cualquiera de los dos candidatos, aunque un gobierno republicano podría encontrar mayor sintonía con el actual ejecutivo español.
Aunque el deterioro del actual presidente es evidente, Romney cuenta con factores en su contra que le alejan del cargo. La heterogeneidad del partido republicano, su posible vinculación al ‘Tea Party’ o la falta de un programa claro y contundente están siendo utilizados en deterioro de su figura. Además, y auque el republicano parte como buen comunicador, se enfrenta a un maestro de la oratoria como es Obama.
Entre los principales apoyos del candidato y aspirante a La Casa Blanca, se encuentra el ciudadano medio del oeste americano; conservador, tradicional y desencantado de la acción demócrata. También deberá luchar por alzarse con la victoria en estados decisivos como el de Ohio, clave para la victoria; donde todos los republicanos que han llegado a ser presidentes siempre se han impuesto sobre los demócratas.
Los días se cuentan con los dedos de la mano y cualquier cosa es posible en un partido en el que el resultado está aún por definirse.