La ciudad belga de Amberes tiene más de medio millón de habitantes, según las estadísticas de 2014 de la Universiteit of Antwerpen. Pero lo más significativo, es que más de 80.000 ciudadanos son extranjeros de 180 nacionalidades. Por esta razón, se considera una de las más multiculturales de Bélgica.
No es necesario recurrir a estos números para poder comprobarlo, sólo paseando por las calles es posible reconocer a personas de distintas etnias y religiones, además de escuchar grupos hablando en distintos idiomas.
Es frecuente ver como estos grupos étnicos forman sus propios barrios por la localidad. Los que más destacan son el chino y el turco, pero especialmente, el judío.
El barrio judío comienza en el Stadspark, el parque más popular de Amberes, que se encuentra cerca de la Estación Central. En este parque ya se nota la presencia de los judíos ortodoxos. Éstos pueden reconocerse por su forma de vestir: mujeres con faldas largas y ningún tipo de escote, niños pequeños con la kipá (gorro que cubre parcialmente su cabeza) y hombres con sombreros de ala ancha. Este tipo de vestimenta está asociado a las leyes ‘tzenius’, que quieren decir ‘recato’. Según explica Ernest, un judío residente en el barrio, “al considerarse las piernas de una mujer atractiva, es pecado que atraiga a los hombres de esa manera”. Además, también los hombres deben seguir otra serie de criterios a la hora de vestir: “siempre tienen que llevar pantalón largo y por ejemplo, no pueden ir en camiseta de tirantes”.
Otra característica de la ubicación de este barrio es que se encuentra en el conocido ‘Distrito del Diamante’, ya que los judíos poseen la mayor parte del negocio del diamante en Amberes. Cabe recordar que el 85% de la producción de diamantes mundial se hace en esta ciudad.
Amberes habla chino
El barrio chino, también conocido como Chinatown, es otro de los distritos más conocidos. Se encuentra en Van Wesenbekestraat, la parte izquierda de la Estación Central. En 2001, fue reconocido oficialmente como Chinatown por Bélgica y su existencia está ligada al río Escalda. Desde principios del siglo XX, los ciudadanos chinos llegaban como marineros y debido a las relajadas políticas de inmigración europeas se quedaban en Amberes. Pero la masiva llegada de inmigrantes chinos se produjo especialmente durante la Segunda Guerra Mundial.
Una de sus principales características es el enorme arco que se encuentra justo en la entrada al barrio. Otro de sus elementos más famosos son los dos leones de piedra que se encuentran en su calle principal. “Hay dos templos budistas y escuelas de artes marciales”, cuenta un ciudadano chino que regenta una tienda de comestibles. También se pueden encontrar establecimientos de medicina tradicional china, además de numerosos restaurantes.
Entre las diferentes festividades de la cultura china destaca su celebración del año nuevo cada 31 de enero. Esta fiesta reúne a numerosos curiosos para poder ver los diferentes festejos que se realizan, como la danza del dragón y las tracas.
Por otro lado, el barrio turco se encuentra en la zona este de Italiëlei, Todos los miércoles y viernes, en la plaza de Sint Jasplein, tiene lugar un mercado callejero llenos de puestos en los que se puede comprar desde ropa y complementos hasta productos de alimentación, aunque destaca la gran variedad de especias que pueden encontrarse, muy usadas en la cocina turca. Además, está considerada como una de las mejores zonas de la ciudad para comprar frutas, verduras y carne, ya que los precios de sus supermercados son bastante asequibles.
Tres barrios que conducen a tres estilos de vida completamente distintos, y todos ellos, en una misma ciudad. Una visita a estos vecindarios es la mejor prueba para ver, que por muy lejos que se esté del país donde se nace, nunca se olvidan los orígenes.