El 8 de mayo de 1945 tuvo lugar la rendición incondicional de la Alemania Nazi aceptada por los Aliados de la Segunda Guerra Mundial, conocida desde aquel entonces como ‘el Día de la Victoria en Europa’. Es por ello que casi cincuenta años más tarde este día aún se recuerda Eslovaquia. Por ello existe una festividad que también se celebra en el Reino Unido, Francia, República Checa, Bélgica, Noruega, Yugoslavia, Polonia, Holanda y Grecia.
Dependiendo del país que sea, el día festivo se califica de diferente forma, en Eslovaquia es conocido como ‘el Día de la Victoria sobre el fascismo’. Los demás países también tienen un día de festividad, pero es relevante mencionar que Naciones Unidas incluye el día 8 y 9 de mayo como ‘Días del Recuerdo y la Reconciliación’, ‘Conmemoración de la Segunda Guerra Mundial’.
Eslovaquia celebra este día con diferentes conmemoraciones en Bratislava y sus localidades. Para Kristina Gogova, estudiante de Filología en la Universidad Comenius de Bratislava, son en éstas últimas ciudades “donde se tiene un mayor sentimiento por el fin del fascismo ya que en las plazas principales se llevan a cabo cánticos, actos militares, mítines e incluso fuegos artificiales”, comenta. Sin embargo, estas celebraciones las llevan a cabo las personas mayores o por política de “manera artificial, pues para los eslovacos no fue nuestra victoria, sino de la URSS”, afirma la estudiante.
Para Andrej Jancík, también estudiante de Filología en la capital del país eslavo, “este día es importante para toda Europa, no sólo para Eslovaquia”, explica. Sin embargo para mucha de su ciudadanía "no es sumamente relevante" ya que en general no se interesan mucho por la historia. Sin embargo, existe una opinión universal, "los rusos fueron algo parecido como nuestros salvadores", cuenta el estudiante.
No obstante, para Kristina Gogova, al principio los rusos eran considerados como los “salvadores”, pero después la situación cambió cuando se aprovecharon e instalaron su régimen, ya que “somos un país pequeño y siempre hemos necesitado que nos ayuden”, explica.
Esta eslovaca hace hincapié en que “los eslovacos se sienten resignados” y es por ello que la mayoría aceptan este escenario y no tienen iniciativa por ellos mismos. Para sus ciudadanos, Eslovaquia carece de conciencia nacional, pues por ejemplo “cuando vemos campeonatos de fútbol sentimos que los demás países se emocionan por su nación, mientras que en Eslovaquia lo único que es destacado por todo el mundo son las cabezas rapadas conocidas por su violencia sin razón lógica”, cuenta Kristina Gogova. Para ella “los eslovacos no nos sentimos orgullosos de nuestra historia porque siempre hemos estado manejados por otros países”, concluye.
Este sentimiento negativo hace, como bien decía Andrej Jancík, que la historia no sea un gran tema de interés. Por lo tanto esta fecha del 8 de mayo como ‘el Día de la Victoria sobre el fascismo’ no es del todo querida. Supone “la victoria de los rusos y no de los eslovacos, porque nunca tendremos la posibilidad de hacer algo por nuestra cuenta ya que somos puras marionetas aunque ahora constituyamos una república”.