El Gobierno chino ha comunicado restricciones comerciales con Corea del Norte, aplicando así las sanciones decididas por el Consejo de Seguridad de la ONU tras un ensayo nuclear y un disparo de misil. Pekín prohibirá a partir de ahora las importaciones de carbón, de varios tipos de minerales y bloqueará las ventas a este país de queroseno y derivados de hidrocarburos.
El comercio con China es una fuente clave de divisas para el gobierno de Kim Jong-un. En 2014, los intercambios con Pekín representaron cerca del 90% del comercio exterior de su capital, Pyongyang. Concretamente, en el sector minero Corea del Norte exportó 20 millones de toneladas de carbón a China el año pasado, un 27% más que el año anterior, convirtiéndose en el tercer proveedor por detrás de Australia e Indonesia.
Esta medida de China cumple con lo acordado por la ONU, unas sanciones que buscan ahogar al régimen encabezado por Kim Jong-un tras su última prueba nuclear, en enero, y el lanzamiento de un misil de largo alcance en febrero. Sin embargo, tanto el intercambio de carbón con China como el de hierro, podrían continuar si estos tienen un fin de subsistencia y no están destinados a financiar el programa nuclear y de misiles balísticos. Además, la venta de hidrocarburos destinados a la industria aeronáutica norcoreana quedará prohibida pero se permitirá la exportación con fines humanitarios.
Pekín apoyó las sanciones de la ONU tras las nuevas exhibiciones de poderío militar de Pyongyang pero también ha defendido que éstas no son el fin último y cree que deben estar acompañadas de diálogo para conseguir el desmantelamiento del presunto arsenal nuclear norcoreano.
Desde Tokio, Wu Dawei, el enviado chino para la desnuclearización de la península coreana, y Kimihiro Ishikane, director general para Asia y Pacífico del Ministerio de Asuntos Exteriores nipón, reclamaron este martes a Pyongyang que adopte una actitud positiva y constructiva para retomar las paralizadas conversaciones regionales para la desnuclearización del país.