El mayor grupo financiero español, Banco Santander, efectuará a lo largo de 2016 una reestructuración de su red comercial y su centro corporativo. El pasado jueves convocó a los sindicatos para adelantarles algunas de las nuevas medidas que sólo afectarán a su plantilla española.
La reestructuración implicará el cierre de un total de 450 oficinas en todo el territorio español, todas con menos de cuatro empleados. La reforma se basa en el cierre de las oficinas más pequeñas para concentrar su actividad en las de mayor tamaño. Banco Santander cuenta actualmente con 24.216 empleados, 624 menos que hace dos años. El proceso de reforma implicará despidos, aunque el banco aún no ha estimado cifras concretas.
El plan inicial del banco implica el traslado de los empleados afectados por el cierre de oficina a otras sucursales de mayor tamaño y resolver, mediante prejubilaciones, la situación de aquellos que no puedan ser recolocados. La próxima reunión con los sindicatos está fechada en el 6 de abril.
El poceso de cambio que va a emprender la entidad afectará a su organización mediante un cambio en el centro corporativo. Banco Santander pretende reestructurar los costes suprimiendo los recursos destinados a las áreas de actuación menos estratégicas de la entidad.
El grupo Banco Santander considera necesario profundizar en los planes de renovación que se emprendieron desde la sucesión de Emilio Botín por su hija, Ana Botín, actual presidenta de la empresa. De cara al 2018, el banco espera contar con una red comercial compuesta por un millar de sucursales.