Ibrahim Salam, un profesor de veterinaria en la universidad de Alejandría, parecer ser el supuesto secuestrador del Airbus A320 de la compañía egipcia EgyptAir, según confirma la televisión pública egipcia. Aunque en un primer momento se había especulado con que podría llevar adosado un mecanismo explosivo en su cuerpo, el semanario Cyprus Weekly ha informado de que asumió el control del avión argumentando motivos personales.
La primera institución en informar del incidente ha sido el ministerio de Aviación Civil egipcio, que reconocía, en un escueto comunicado, el rapto del avión con 81 pasajeros a bordo. Entre estos, medio centenar de personas han sido liberadas al llegar a Lárnaca. El resto, han podido salir del avión después de que la aerolínea negociara su libertad.
Entre los pasajeros no se encontraba ningún español. De hecho, 63 viajeros eran egipcios. El resto, los otros 21 turistas, eran extranjeros: 8 estadounidenses, 4 británicos, 4 holandeses, 2 belgas y un francés y un italiano. Solo 3 siguen en el interior de la aeronave, junto a la tripulación de cabina.
Los motivos del secuestro parecen estar alejados del terrorismo. El presidente de Chipre, Nikos Anastiadis, ha declarado en rueda de prensa que las razones por las que se ha retenido el avión son personales, ya que Salam ha pedido hablar con su ex mujer, identificada como Marina Paraschou y residente en la isla, para liberar a los secuestrados.
Este secuestro se produce cinco meses después del secuestro de un avión de la misma compañía con 224 personas que viajaban a bordo. Esta acción, reivindicada por el Estado Islámico, supuso el cierre del aeropuerto egipcio de Sharm El Seij y un endurecimiento de la seguridad en los vuelos, destinado a asegurar el sector turístico, a la baja desde la Primavera Árabe, en 2011, hace ya casi cinco años.