Cinco estados, los de Florida, Ohio, Illinois, Missouri y Carolina del Norte, decidirán durante el día de hoy quien representará a los demócratas y a los republicanos en las próximas elecciones presidenciales, que se celebrarán en noviembre. Los resultados otorgarán casi 800 delegados entre el partido más a la izquierda y 425 para las filas de la derecha, lo que puede decidir las nominaciones para la Casa Blanca.
Entre los conservadores, Donald Trump parte como favorito para adjudicarse la mayoría de los delegados. El magnate, que se ha dado a conocer por su discurso abiertamente xenófobo, cuenta con una mayoría holgada en tres de los cinco comicios que se llevarán a cabo, los de Illinois, Missouri y Carolina del Norte, tres estados históricamente republicanos. Por otra parte, se prevé que pierda Ohio, un estado clave ya que tradicionalmente quien gana en esta provincia suele ganar las elecciones. También perdería Florida, muy proclive al voto latino. Paradójicamente en Miami, cuna de la disidencia castrista, el hijo de exiliados cubanos, Marco Rubio, puede decir adiós a la carrera presidencial.
Por parte de los demócratas, Hillary Clinton es la mejor colocada para llegar a la Casa Blanca. Su mayor rival dentro del partido, el senador por Vermont, Bernie Sanders, ha ido perdiendo fuelle a lo largo de la campaña. No obstante, es posible que consiga la mayoría de delegados en Ohio. A su vez, se espera que Clinton lidere en las otras cuatro, especialmente en Illinois, su estado natal. Sin embargo, no existen muchas diferencias entre los dos candidatos ya que Sanders ha ganado cuatro elecciones frente a las siete de su oponente, cuyas victorias se obtuvieron por la mínima.