El juicio por el Caso Nóos llega a su segundo mes de tramitación. Tras las comparecencias del responsable de finanzas, Antonio Tejeiro y los dirigentes de las empresas, Diego Torres e Iñaki Urdangarin, ha llegado el turno para Cristina de Borbón, a quien se le acusa de ser cooperadora necesaria para llevar a cabo fraude fiscal.
Durante su comparecencia, la hija de Juan Carlos I se acogió a su derecho a no declarar y se limitó a contestar las preguntas de sus abogados, con el letrado Pau Molins como portavoz. De esta forma, la ex duquesa de Palma manifestó no saber nada de la gestión económica de Aizoon, una de las empresas de la trama que ella compartía con su marido al 50%. Esta compañía supuestamente se habría lucrado de forma fraudulenta a través de contratos con distintas administraciones públicas, como son el Gobierno balear o la Generalitat valenciana.
Durante el turno de respuestas, la hermana del rey aseguró confiar en las decisiones de su marido al frente del Instituto Nóos, aunque ha manifestado que ella “no tenía firma ni poderes” dentro de la red de empresas que Urdangarín dirigía junto a su ex socio, Diego Torres. A su vez, ha reconocido que, tanto ella como el ex duque de Palma, contaron con el asesoramiento del secretario de las Infantas, Carlos García Revenga, del abogado de Juan Carlos I, el conde de Fontao, y del asesor fiscal de la Casa del Rey, Federico Rubio Carvajal.
Esta declaración significa el punto final de las comparecencias de los 17 imputados por la causa. La próxima semana comenzarán las declaraciones de los testigos, un total de 380, entre los que destacan altos cargos del Govern Balear durante la época en la que el líder popular Jaume Matas era presidente o Miguel Tejeiro, ex secretario del Instituto Nóos, al que Urdangarin acusó de la posible gestión fraudulenta de Aizoon en su declaración como imputado.