Rodrigo Rato ha entrado en los juzgados de Plaza Castilla entre empujones, manotazos e insultos tales como “chorizo”, “desgraciado”, “indecente” o “ladrón”. Esta es la tercera vez que visita los juzgados, ya que estuvo también en julio, donde se negó a prestar cualquier tipo de declaración, y en octubre, donde el magistrado decidió retirarle el pasaporte.
El ex vicepresidente tiene que declarar hoy ante el juez de Madrid, Antonio Serrano-Arnal, en una pieza separada que está bajo secreto de sumario. El objetivo es el de seguir investigando el origen de su fortuna, ya que se sospecha que gran parte de la misma puede provenir de su etapa como presidente de Bankia.
Rato, está acusado de blanqueo de capitales, de corrupción entre particulares y de varios delitos fiscales. En su defensa, el ex director gerente del Fondo Monetario Internacional, siempre ha asegurado que “todos los bienes que ha tenido en el extranjero son de origen familiar y que han sido declarados de manera voluntaria a la Hacienda pública española”.
Asimismo, también tomarán declaración hoy ante el juez, el abogado Domingo Plazas, dos investigadores, así como varios testigos de identidad desconocida. Plazas, fue administrador de la empresa Kradonara 2001, que está considerada el centro de toda la trama.
El juez quiere investigar el hecho de que esta empresa a partir de 2011, empezase a recibir grandes cantidades de dinero provenientes del extranjero, cifradas exactamente en torno a los 6,5 millones de euros. Además, la ex secretaria de Rato, Teresa Arellano, aparece como administradora de esa sociedad, supuestamente engañada por él.