Margaret Chan, directora general de la OMS, explicaba este lunes en Ginebra que tras la reunión de miembros de la organización se llegó a la conclusión de que el virus del zika, transmitido por el mosquito Aedes aegypti, es una amenaza a nivel mundial. El virus, ya presente en 24 países de América, se ha asociado a casos de microcefalia en bebés de madres infectadas y en algunos casos de síndrome de Guillain-Barré.
“El zika no es grave en sí mismo, ni es una emergencia sanitaria como tal, sus consecuencias en las mujeres embarazadas pueden constituir una amenaza a nivel mundial que hay que intentar prevenir”, justificó Chan su decisión de dar emergencia global a pesar de no haber sido comprobado científicamente la relación del virus con las enfermedades a las que se le asocia, y añadía: “No podíamos esperar a que se demuestre la relación”.
No declararon la emergencia solo por el virus, porque si no habría que haberlo hecho hace años cuando comenzó en África, sino que se declaró debido a los posibles vínculos con enfermedades graves. David Heymann, subdirector general de la organización, señalaba que no se sabe cuánto tiempo se tardará en demostrar o negar ese vínculo del virus con las enfermedades. Pese al decreto de emergencia, la OMS no ha considerado necesaria la restricción de los viajes o del comercio con los países afectados, solo se recomienda que los viajeros sean informados del riesgo con la finalidad de que puedan protegerse y reducir la exposición al virus.
Entre las recomendaciones de la OMS, destacan la instalación de mosquiteras y la vigilancia de las aguas estancadas. En España, el ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, afirmó que se está trabajando desde hace tiempo en un protocolo con las comunidades autónomas para hacer frente a la situación del virus zika, y añadía que de los casos que ha habido en España, no ha habido ninguno autóctono, sino que son casos que proceden de otros países.