La bajada de los precios del petróleo, que en apenas año y medio se han desplomado un 75%, ha favorecido el crecimiento de muchas de las economías que no dependen directamente de su exportación. Es el caso de España que, con el ahorro de 15.000 millones de euros que supone esa bajada, ha mejorado sus previsiones de crecimiento del 2,5 al 2,7% en 2016 a ojos del Fondo Monetario Internacional. Es el país que más ha mejorado sus proyecciones al alza desde el anterior informe de octubre de 2015.
A pesar de este panorama positivo para España, el FMI prevé una leve ralentización de la economía mundial en 2016 fruto de “la gran incertidumbre en el ambiente como causa principal”, según ha declarado el organismo. Tanto Brasil, en pleno proceso de recesión, como Rusia han empeorado sus previsiones respecto al anterior informe, en un -1,5% y -0,4% respectivamente. A esto se le suma la desaceleración de la segunda economía mundial, la de China, que en 2015 ha registrado el menor incremento interanual de su PIB en los últimos 25 años.
Con todo, España será la economía europea que más crecerá en 2016 a pesar de la incertidumbre política, seguida de Reino Unido (2,2%) y de Alemania (1,7%). También crecerá más que Estados Unidos, Japón y Canadá, cuyas proyecciones vaticinan un crecimiento de su PIB del 2,6, del 1,0 y del 1,7%, respectivamente. Aunque según el FMI la economía estadounidense “no logrará cobrar nuevo impulso” en 2016, sí que se situará de nuevo a la cabeza del crecimiento entre las economías avanzadas en 2017.
El organismo dirigido por Christine Lagarde mejora pero no comparte del todo las previsiones del actual Gobierno español, que colocan el crecimiento en un 3,0% en 2016 y del 2,9% en 2017. En cualquier caso, el optimismo respecto a la economía de España es unánime entre los organismos internacionales, colocándola a la cabeza del crecimiento en los países desarrollados en 2016.