Tras el ‘caso Volkswagen’, el Gobierno francés investiga a la automovilística Renault por un posible fraude en las emisiones contaminantes de sus vehículos, lo que ha provocado que se desplomara en bolsa más de un 23%. La caída de títulos se produce después de que el sindicato CGT informara de los registros realizados por agentes de la Dirección General de la Competencia, del Consumo y de la Represión del Fraude en varias sedes de la marca.
El pasado 7 de enero se habrían revisado varias instalaciones de la compañía con el fin de comprobar los estándares de las pruebas de certificación de los motores que se realizan en el marco de una investigación más amplia. Renault ha confirmado que se dieron dichos registros y declara que los investigadores no han encontrado fraude alguno. Aun así, no han podido evitar que tras darse a conocer la información, las acciones cayeran por miedo de los inversores a un caso parecido al de Volkswagen.
El Gobierno francés prometió realizar análisis aleatorios a un centenar de vehículos diésel en Francia, tests que comenzaron el 1 de octubre. Lo anunciaron después de que una organización alemana señalara que el modelo Espace de Renault, puesto en el mercado la primavera pasada, emitía nitrógeno de oxígeno en una cantidad que superaba 25 veces el nivel permitido.
La compañía ha confirmado esta mañana que el departamento de Royal ha analizado 25 automóviles de la marca. También han requisado los ordenadores de varios directivos y han confirmado que no se encontraron sistemas informáticos trucados para disimular las emisiones de sus motores. El responsable del sindicato CGT, Florent Grimaldi, ha confirmado a Reuters que “la dirección no ha confirmado que tenga que ver con emisiones de NOx (óxido de nitrógeno), pero dado los sectores que fueron inspeccionados creemos que podría estar relacionado”.
En estos momentos, los títulos de la compañía bajan hasta los 72,90 euros. La pérdida del valor de las acciones que ha experimentado Renault no se registraba tan baja desde 1999 y ha empujado la bajada del segundo constructor francés, PSA Peugeot Citroën, que ha llegado a perder casi un 9% de su valor bursátil. También otras marcas europeas como BMW o Daimler (Mercedes) están sufriendo descensos en las bolsas.